jueves, 1 de enero de 2009

Volver a empezar

"El exceso es el veneno de la razón" Francisco de Quevedo.

Después de la tormenta siempre llega la calma. Aunque sólo sea para tomar fuerzas y arreciar de nuevo. La cuestión es aprovechar que el cielo ha escampado y disfrutar de la tregua.
No me extenderé en mi entrada de hoy: mis tormentas y tormentos particulares me impiden hacerlo. Voy a explotar las benéficas propiedades del efecto café y escribir mientras sea capaz. Para que puedan asegurar que fue bonito mientras duró. Hoy la entrada va de efectos. Y no precisamente de los que una noche de excesos producen en el cuerpo maltratado sin arrobo ni piedad, sino de un fenómeno curioso que en las bolsas se ha dado en llamar ‘efecto enero’. Resumiendo mucho, los matices los guardaré para otra ocasión, se trata de movimiento en los mercados de valores cuya última consecuencia es que el mes de enero se caracterice por subidas en las cotizaciones.


¿Cuáles son las razones que explican el 'efecto enero'? Obviamente los finales hacen pisar tantos fondos que resulta imposible caer más bajo. Sin embargo la teoría lo explica con más precisión: un premio por tamaño para las empresas menores; la venta de acciones en diciembre para conseguir pérdidas fiscales; o el disfraz de Nochevieja con que se visten ciertos inversores institucionales que venden a final de año determinadas acciones con objeto de ocultar ciertos riesgos.

Algunos autores apuntan a que es precisamente en enero cuando las empresas comienzan a difundir noticias de beneficios del ejercicio económico que acaba de terminar. Este anuncio de beneficios explicaría las rentabilidades anormalmente altas que se producen en el primer mes del año.

Es evidente que estas explicaciones no pueden ser entendidas como causas en sentido estricto del efecto enero. Más bien son correlaciones entre variables que llevan a los estudiosos a suponer que existe cierta relación entre ellas.


El fenómeno que sin duda ha conseguido carta de ciudadanía en el país de las leyes generales es el del aturdimiento mental postnochevieja. En esas estamos. Volver de nuevo a empezar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes y Feliz año nuevo, Begoña!
Acabo de leer tu entreda titulada "volver a empezar" y pienso que para los inversores el efecto enero es una forma de "desfalcar a Hacienda", pues creo que comprando acciones para conseguir pagar menos a Hacienda Publica, y posteriormente vender esas acciones, solo afecta como en todo, al pobre consumidor, pues es él quien nota las subidas de impuestos entre otras cosas, dado que el inversor las compra a un precio y las vende a la alza para obtener un beneficio que obviamente, creo, será mayor que lo que perdería teniendo que pagar a Hacienda. Por último, en mi opinión, creo que a muchos inversores se les olvida que "Hacienda somos todos".
Siento no ser más extensa en este comentario, pero es que no estoy segura de haber entendido bien este fenómeno.
Adiós.

Begoña dijo...

Buenas noches y bienvenida a este foro.
Gracias por tu interesante aportación. La relación entre el efecto enero y los impuestos tiene que ver con lo que se denomina "venta para los impuestos". Es sólo una teoría que intenta explicar un fenómeno que no se cumple inexorablemente,aunque estudios econométricos hayan mostrado su existencia. Lo que quiere decir es que acciones que se han reducido durante el año crean una presión descendente en sus precios cerca de fin de año porque los inversionistas las venden para lograr pérdidas de capital y así minimizar los pagos de impuestos. Después del fin de año, la presión se elimina y los precios vuelven a sus valores justos. Tienes razón en que, en el fondo, se trata de minimizar los pagos a Hacienda. Ya hablé en otra ocasión de un tema que tiene difícil solución desde la óptica de la racionalidad económica.
En cualquier caso, gracias por tu aportación