"Un primer curso de economía no permite dominar todos sus intrincados y esotéricos temas, pero puedo decirle basándome en la experiencia de estudiantes de todo el mundo que el mejor curso de economía es el de introducción. Una vez que haya entrado este nuevo y extraño jardín de ideas, el mundo nunca será igual. Y cuando dentro de unos años recuerde la experiencia, incluso lo que no entendía mucho entonces habrá madurado claramente." Paul Samuelson
viernes, 26 de diciembre de 2008
Coffee and newspapers
"Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo."
VOLTAIRE, François-Marie Arouet
En economía básica se habla de bienes complementarios y sustitutivos. Los primeros son aquellos que para satisfacer una necesidad han de ser consumidos conjunta y solidariamente. Los segundos, en cambio, son aquellos que satisfacen la misma necesidad y, por consiguiente, son intercambiables entre sí. Es posible ampliar el análisis y hablar de la elasticidad cruzada. En otro momento. Por otro lado, he de reconocer que en mi mapa del mundo los bienes “café” y “prensa” forman un tándem que, por definición, es indisoluble, esto es, son bienes complementarios perfectos. Por eso, las vacaciones son la excusa perfecta para hacer uso de mi cafetera espresso y de mi ordenador portátil. Una mezcla fructífera que me proporciona ideas para este foro. Mis pequeños lujos.
Leo en Expansión , taza en mano, que el gobierno que preside Rodríguez Zapatero ha decidido incrementar un 4% frente al 3,5% previsto inicialmente el salario mínimo interprofesional (SMI) que en 2008 ascendía a 600 euros. Esta subida supone que el SMI ascenderá a 624 euros. Los sindicatos han aplaudido la medida, aunque la consideran insuficiente.
En ocasiones, he abordado el tema del Salario Mínimo Interprofesional en las clases de economía. Por eso, hoy voy a dedicar esta entrada a explicar qué es, cómo se estipula y qué posibles efectos tiene sobre la economía en general y sobre el empleo en particular.
El salario mínimo interprofesional (SMI) fija la cuantía retributiva mínima que percibirá el trabajador referida a la jornada legal de trabajo, sin distinción de sexo u edad de los trabajadores, sean fijos, eventuales o temporales.
El valor que toma el SMI se fija cada año por el Gobierno, mediante la publicación de un Real Decreto. Y para la determinación del mismo se tienen en cuenta factores como el IPC (índice de precios de consumo), la productividad media nacional alcanzada o el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional.
La razón principal que justifica la fijación de esta cantidad mínima radica en que Estado, de esa forma, otorga protección a los trabajadores, en especial a los menos cualificados. Constituye un efecto de la llamada función tuitiva del Estado.
Sin embargo, hay opiniones para todos los gustos en cuanto a la efectividad de la medida, así como a sus efectos colateales. Simplificando mucho los términos, algunas voces neoclásicas sostienen que el salario mínimo beneficia básicamente a los trabajadores que se encuentran de facto inmersos en el mercado laboral, pero puede perjudicar a aquellos que se encuentran fuera, a los que buscan trabajo. Este perjuicio es debido a que la demanda de trabajo, como toda función de demanda, desciende cuando aumentan los precios, en este caso, los costes salariales. De acuerdo con las tesis neoclásicas, el mercado mediante el solo concurso de la ley de la oferta y la demanda llegará a fijar el salario de equilibrio. Fijar un salario mínimo por encima conllevará un aumento de la tasa de desempleo.
Ahora bien, podría aducirse que los efectos sobre la función de demanda de la instauración de un salario mínimo dependerán de la elasticidad de la mencionada función de demanda. Los economistas contrarios al SMI defienden que la demanda de trabajo poco cualificado resulta muy elástica al precio. De ahí que una subida de salarios (establecimiento de un salario producirá una fuerte reacción a la baja de la demanda de empleo. Las personas más perjudicadas serán aquellas con un acceso más difícil al mercado de trabajo (mayores, jóvenes, y trabajadores de baja cualificación). Por otro lado, argumentan, subir el salario mínimo implica aumentar los costes de las empresas, lo que, a la postre traerá aparejado más desempleo.
Otros economistas, sin embargo, defienden que la demanda de trabajo poco cualificado no es tan elástica, por lo que una subida del precio tiene un efecto mínimo en la cantidad demandada de empleo. De ahí que el establecimiento de un salario mínimo beneficie tanto a los trabajadores en activo como a los que no lo están. El análisis de los economistas neoclásicos presupone que "los mercados laborales son perfectamente competitivos y los trabajadores y empresas tienen información inmediata y perfecta de todas y cada una de las ofertas de empleo y de todos y cada uno de los demandantes de empleo", pero los datos de la OCDE no parecen estar avalar la hipótesis de la existencia de competencia perfecta.
Lo explicado sólo es un bosquejo de la cuestión. Hay mucho más que decir al respecto. Pero, para ello, necesitaría otra taza de café. Sin embargo, he de dormir esta noche. Otra vez será.
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4 comentarios:
Buenos días Begoña:
Un amigo me recomendó este blog y me he "enganchado". Enhorabuena. Solo una cosa. Me gustaría que explicaras más por que el salario mínimo no siempre genera desempleo.
Un saludo:
Luis
Hola Begoña y FELIZ NAVIDAD:
Me ha hecho mucha gracia leer esta entrada porque justamente el otro día debatimos esta cuestión en clase de economía. Sinceramente yo me posiciono a favor de las teorías clásicas, es decir, en contra del salario mínimo. Porque aunque es cierto que como tú dices que los mercados no son competitivos, también es cierto que muchos de ellos acaban actuando como si lo fueran. También entiendo que aunque una subida del salario mínimo no tenga consecuencias inmediatas en la tasa de desempleo, a la larga y sobre todo en una situación de perturbación económica como la que vivimos actualemente ese salario mínimo de unas tasas de desempleo mayores que si no existiera.
No sé, todavía me queda mucho por leer y seguramente esté equivocada.
Un saludo
Clara
Buenas tardes, Clara y Luis:
Muy sugerentes ambas aportaciones. De hecho, como el tema trae cola, he decidido dedicar mi entrada de hoy a seguir indagando en el asunto.
En mi opinión, la razón que normalmente se utiliza para justificar la necesidad de un salario mínimo es la equidad. Ahora bien, ese objetivo, loable y necesario, no siempre se consigue con este instrumento: es una pena que no pueda argumentar con un gráfico, pero lo voy a intentar. La equidad se debe analizar desde la oferta de trabajo. Así, la subida del salario mínimo afecta positivamente a los trabajadores que permanecen empleados en la medida en que mejora su posición relativa respecto a la del salario de equilibrio (estoy manejando la hipótesis de que efectivamente el salario de mercado es el de equilibrio, extremo éste, dudoso), porque al ganar más, aumentan su excedente social con relación al existente anteriormente: pero ese aumento tiene un coste de oportunidad, -como todo, me temo- que no es otro que la elevación neta de desempleo de otros.
El verdadero y difícil problema es determinar si la situación de partida es de equilibrio o no. He ahí la cuestión. Mil gracias a los dos. Tengo mucha suerte por contaros entre mis lectores.
Saludos:
Begoña
Buenas tardes, Begoña
En esta entrada hablas sobre el salario mínimo en estos momentos de crisis que mejor momento que para comentar acerca de ello.
¿Que implica una subida del salario mínimo? Como argumentas una subida implica que el trabajador aumente su salario (cuantía que dedica al consumo o bien al ahorro) de ahí que esto desemboque en una subida del precio de los bienes, ya sea por la demanda que es mayor y para ello tenga que subir precios, para abastecer toda la demanda, o bien porque la empresa tiene que pagar a sus empleados, esas subidas salariales y para ello tengan que subir el precio de lo que venden.
¿Pero desde el punto de vista de los desempleados? Será más difícil que encuentren trabajo ya que las empresas demandaran menos trabajadores para esos niveles de precios esperados. Con lo cual el desempleo aumentara.
¿Qué pasa ahora en un momento de crisis con los salarios? Desde mi punto de vista ahora quien manda es la empresa hay demasiados oferentes en este caso personas desempleadas que buscan ansiosas un trabajo y pocas vacantes libres. Si no te interesa el salario que oferta la empresa le dará igual porque seguro que vendrá otro y aceptara ese salario.
¿Qué pasa con las personas que están cobrando el paro? estas personas desde mi criterio, si se encuentran en la bolsa de trabajo, y se les ofrece un salario mínimo que está por debajo de lo que están ellos cobrando por el paro no lo van a aceptar les sale más rentable el estar en paro que trabajando ¿pero al estado le sale esto rentable?
Un saludo,
Javier colomo
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