domingo, 8 de febrero de 2009

Al filo de la noticia

“A mí los grandes reconocimientos no me quitan el sueño. Yo soy feliz tomando un café, conversando, leyendo poesía, dando un paseo”, (Ryszard Kapuscinski)

Ayer no acudí a mi cita: y no porque no quisiera, sino porque a mi ordenador, -mi alter bego, que diría alguno- le fue vedado el paso al escritorio de blogger. No importa. Soy una entusiasta de la cultura del reciclaje. Me guardo lo escrito ayer para otro día. Hoy quiero dar un rodeo y recomendar una lectura que ha conseguido absorberme. Además, desde diferentes instancias y organizaciones, se nos recuerda estos días que aun hoy existen terribles problemas en el mundo que reclaman soluciones urgentes: el hambre y la pobreza extremas.

El autor del libro es Ryszard Kapuscinski, periodista, escritor, historiador y ensayista, considerado hasta su muerte como uno de los mejores reporteros internacionales. Lapidarium III constituye en mi opinión uno de los más certeros y agudos análisis de lo que se ha dado en llamar la retórica del encubrimiento eficaz del “desarrollo humano”. En otra ocasión hablaré de ello. Sin duda, otro tema interesante en el que abundar

La obra lleva por título Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. Cuento entre mis principiantes de Bachilleratos con futuros periodistas a los que recomiendo vivamente la lectura de Kapuscinski. Y para abrir el apetito cito algunos párrafos:

“En nuestro oficio hay algunos elementos específicos muy importantes: el primer elemento es una cierta disposición a aceptar el sacrificio de una parte de nosotros mismos. Es ésta una profesión exigente. Todas los son, pero la nuestra de manera particular. El motivo es que nosotros convivimos con ella veinticuatro horas al día. No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Éste es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo. O, al menos, de hacerlo de un modo perfecto. (…)

El segundo elemento de nuestra profesión es la constante profundización en nuestros conocimientos. Hay profesiones para las que, normalmente, se va a la universidad, se obtiene un diploma y se acaba el estudio. Durante el resto de la vida se debe, administrar lo que se ha aprendido. En el periodismo, en cambio, la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo que está en cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. (…)

Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser un buen hombre o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, desde el primer momento, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología se llama “empatía”. Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino y los problemas de los demás”.

Hasta aquí Kapuscinski. No es mi intención enmendarle la plana y menos aún corregirle, nadie por otro lado es inmune a la crítica, simplemente considero que estas consideraciones se ajustan como un guante a lo que debería ser un buen economista. Tal vez estas palabras deberían constituir el comienzo de la asignatura. De cualquiera de ellas.

4 comentarios:

Joaquín dijo...

Buenas noches a todos,

hoy Begoña nos regala un concepto que no suele abundar entre las enseñanzas y que no sé si es demasiado bien valorado, pese a ser algo valiosísimo tanto en el ámbito personal como en el profesional: la EMPATÍA.

La empatía no es un mero contagio de la emoción de otro interlocutor, sino que es una capacidad. Concretamente, la de analizar la situación del otro desde la objetividad (el contagio es por contra subjetivo), es decir, ponerse en la piel del otro evitando que nuestros sentimientos hacia esa persona "contaminen" nuestra perspectiva.

La empatía es una herramienta clave en dos aspectos (¡hoy vuelven a ser dos!) del mundo de la empresa: el LIDERAZGO y la NEGOCIACIÓN.


LIDERAZGO: las personas con mucha capacidad para escuchar a los demás, entender sus problemas y motivaciones generalmente adquieren gran reconocimiento social y popularidad. Tienen la habilidad de anticiparse a las necesidades antes incluso de que sus interlocutores sean conscientes de ellas. Además saben identificar y aprovechar las oportunidades comunicativas que les ofrecen otras personas.
¿Para qué puede ser útil esto en la empresa?

NEGOCIACIÓN: que la negociación es un proceso que se da cada día y a cada hora en la empresa (no digamos ya en la vida privada de cada uno de nosotros) es algo demasiado evidente como para discutirlo, ¿verdad?.
Pero, ¿y si hablamos de buenas negociaciones?... ¿podríamos decir que las buenas negociaciones se dan todos los días y a todas horas?... ¿que negociamos bien?

Pues bien, la empatía puede hacer multiplicar las posibilidades de que una negociación proporcione buenos resultados para todas las partes. Estas negociaciones se conocen como negociaciones de ganar-ganar y, en mi opinión, constituyen las buenas negociaciones.

Anónimo dijo...

Las buenas negociaciones empiezan con la sutil idea de llegar a un acuerdo.

En cuanto a Kapuscinski diría que todas esas consideraciones son de obligado cumplimiento para cualquier profesión. Incluyendo la de fontanero.

La empatía está en fase de evolución. De lo contrario este mundo sería maravilloso.

Un saludo anónimo.

Clara dijo...

Hola Begoña,
"Hay profesiones para las que, normalmente, se va a la universidad, se obtiene un diploma y se acaba el estudio." Esta frase del texto no me convence ya que del mismo modo que el mundo contemporáneo está en continuo cambio y por eso esablece que los periodistas deben actualizarse, investigar... considero que no es algo único de dicha profesión sino de todas o por lo menos debería serlo de todas en lo que desde mi humilde perspectiva entiendo como un buen profesional.
Por lo demás me gusta el texto especialmente lo relacionado con la empatía.
Un saludo, y que te mejores
Clara

Begoña dijo...

Buenas tardes a los tres:
me alegra comprobar que el texto de Kapuscinski haya suscitado todas estas interesantes reflexiones. El binomio de hoy, fórmula a la que nos tiene acostumbrados Joaquín, será el próximo tema para los alumnos de 2º.

Coincido con la idea de que la condición de posibilidad de la negociación es la voluntad de llegar a un acuerdo. Por otro lado, la empatía universal es un desiderátum: nadie dijo que fuera una realidad; simplemente se apunta la necesidad de que esté presente en los asuntos humanos.

Muchas gracias, Clara, espero que tus primeros parciales en la Universidad te hayan hecho justicia. Comparto plenamente tu opinión, como señalo en el texto y espero que sigas visitándome. Un abrazo.