"En casi cuatro años de universidad, y esto es la pura verdad, en casi cuatro de universidad la única vez que recuerdo haber oído la expresión "sabios" fue en mi primer año. ¿Y sabes cómo la usaron? La usaron refiriéndose a un viejo estadista que había hecho una fortuna jugando a la Bolsa y luego se había ido a Washington para ser consejero del presidente Roosvelt" (Franny y Zooey. JD Salinger)
Este enero está eligiendo sus víctimas con esmero: todas pata negra, si se me permite el humor ídem. Las famosas y las que no lo son tanto. La de ayer fue J.D. Salinger. Ríos de tinta (imagen algo obsoleta, lo admito) han corrido en un intento de glosar su obra literaria (los menos) y, de paso o principalmente, de acercarse al mito y a sus miserias, a lo que algún cursi llamaría la leyenda. Y sin embargo, Salinger tuvo lectores. Muchos.
Cuando Holden Caulfield, protagonista de El guardian entre el centeno, entró en mi vida, yo ya había rebasado la edad en la que la lectura de un libro puede inducir al suicidio, como la leyenda negra señala que sucedió tras su publicación. Sin embargo, y con la venia de Holden, mi novela favorita sigue siendo Franny y Zooey, menos conocida pero plagada de pasajes que acaban haciendo mella.
Aunque éste es un foro fundamentalmente económico, me declaro ferviente defensora de la libertad en todas sus formas, y en especial, en las que niegan la existencia de compartimentos estancos entre la ciencia, la filosofía y la literatura. Viva la tercera cultura. Por eso, la entrada de hoy, a pesar de la propuesta de reforma del sistema de pensiones y el incremento de la tasa de desempleo, está dedicada enteramente a Salinger. El corazón de una historia quebrada. De nuevo, la vida sigue. Pero mañana.
2 comentarios:
Estimada Begoña:
Junto por felicitarte por hablar de Salinger y la Tercera Cultura, te dejamos el link a una entrada de nuestro blog:
http://terceracultura.cl/2010/01/28/salinger-invento-la-adolescencia/
Gracias,
Ricardo Martínez
Estimado Ricardo:
Un post realmente interesante. Muchas gracias por la recomendación.
Un saludo:
Begoña
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