lunes, 8 de marzo de 2010

Pasaje a la India

"La retórica de la libertad ha sido ampliamente utilizada por muchos pensadores, quienes han demostrado relativamente poco interés por la equidad y algunas veces inclusive antipatía. De hecho, el pretendido conflicto entre libertad e igualdad ha sido ampliamente debatido por los adalides de la libertad, especialmente en el contexto de considerarlo como un argumento contrario a acordarle demasiada prioridad a la igualdad. Sin embargo, resulta difícil entender una perspectiva de libertad que no tenga a la equidad como elemento central. Si la libertad es realmente importante, no puede ser correcto reservarla únicamente para unos pocos elegidos. En este contexto es importante reconocer que las negaciones y violaciones de la libertad se presentan típicamente bajo la forma de negar los beneficios de la libertad a algunos aun cuando otros tienen la plena oportunidad de disfrutarlos. La desigualdad es una preocupación central en la perspectiva de la libertad." Amartya Sen "Qué impacto puede tener la ética"


Me avergüenza reconocer que me he atrevido con los textos del economista indio, Amartya Sen, hace relativamente poco tiempo. A pesar de los pesares: inclúyase en este punto una lista infinita de concesivas, o sea, malas excusas para justificar lo injustificable. Ahí va una de ellas: tal vez uno de los problemas de la universidad actual -y hablo en calidad de usuaria- resida en el uso y abuso de manuales explicativos que alejan al estudiante para siempre jamás del acercamiento a las fuentes. El estudiante medio de economía no ha leído a A. Smith, D. Ricardo, Pareto, Jevons, Aglietta o Sen más allá de las referencias del manual de turno. Y se nota.

Pero vuelvo a Amartya Sen. Al menos a la cuestión a la que apunta en el texto que hoy he elegido como introducción a mi entrada de hoy. El asunto no es otro que el propio concepto de 'equidad'. ¿Qué se entiende por tal?

Básicamente se distinguen dos sentidos en el término: 'equidad categórica' y 'equidad vertical'. Ambas acepciones se revelan como especialmente útiles a la hora de entender cuál es el concepto de justicia -que pretende transcender las limitaciones de los sentidos enunciados ayer- que se maneja más comúnmente en el pensamiento económico-político actual.

La equidad categórica parte de la premisa de que todos los individuos tienen derecho a consumir ciertas cantidades mínimas de determinados bienes. Si se aplica a la redistribución personal de la renta, este principio hace hincapié en los grupos de ingresos más bajos con el fin de garantizar unos mínimos de disfrute a los sectores más desfavorecidos y, de esa forma, prevenir situaciones de pobreza extrema.

Sin embargo, el principio de equidad vertical propugna la disminución de la desigualdad global entre todos los grupos o rangos de distribución personal de la renta. Se identifica por tanto con una distribución de la renta absolutamente igualitaria: en el límite, cada grupo se llevaría, pongamos por caso, un 10% de la renta.

Hay quien distingue un tercer sentido, el de equidad horizontal, que persigue la
disminución de la desigualdad dentro de cada grupo.


Y vuelta a A. Sen: resulta evidente que el divorcio entre la economía y la ética deviene imposible. El discurso económico no justifica per se cuál es el criterio óptimo de distribución en la medida en que remite a la cuestión previa de dilucidar cuáles son los derechos que poseen los individuos. "No hay ninguna justificación para disociar el estudio de la economía del de la ética y del de la filosofía(...)la economía puede hacerse más productiva prestando una atención mayor y más explícita a las condiciones éticas que conforman el comportamiento y el juicio humano". Ojalá.

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