miércoles, 24 de febrero de 2010

Gattaca

"Jerôme Morrow sufría de una carga diferente: la carga de la perfección" (Gattaca)

La sistemática y taxonomía de los géneros artísticos tal vez aseguraría que existe una especie llamada ciencia ficción filosófica. Entre sus cultivadores merecen mención especial George Orwell, Aldous Huxley y, por qué no, el Ridley Scott de Blade Runner. Todos ellos coinciden en presentar inquietantes y, ay, plausibles escenarios que son consecuencias perversas de los actuales. De alguna forma, constituyen la materialización de lo que habría que calificar como 'utopías negativas' antagónicas en intención y contenido a la famosa obra de Tomás Moro titulada Utopía. Aunque suponga contravenir a regla de oro de este blog que huye de las clasificaciones, Gattaca, la película que da título a mi entrada de hoy, pertenecería por méritos propios a la primera categoría, i. e., la de las utopías negativas. Por otro lado, se trata de una buena película que, además de con Jude Law, Etham Hawke y Uma Thurman, cuenta, por si fuera poco, con una estupenda banda sonora original de Michael Nyman.

La razón por la que hoy entra en escena este largometraje es doble: por un lado, escuché que un grupo de alumnos de 1º de Bachillerato la contaban entre sus favoritos, por otro hoy he leído un artículo que informaba de que Akio Toyoda, a la sazón presidente ejecutivo de Toyota, asumía la responsabilidad de los fallos mecánicos aparecidos en algunos de sus vehículos. Estos errores han comportado elevados costes: humanos (12 víctimas mortales), de ventas y posiblemente en indemnizaciones millonarias a los damnificados o a sus familiares.

¿Qué relación guardan entre sí Gattaca y Toyota? Verdaderamente, muy poca, si no fuera por el hecho de que en ambas se evidencia la idea de que la mayor carga posible es la carga de la perfección. Hace ya más de un año, hablaba en este mismo foro de esta gran corporación japonesa que nació en 1933 fundada por Kiichiro Toyoda, abuelo del mencionado presidente actual.

La implosión de Toyota llegó en los años 50 del pasado siglo. En sus fábricas se mantenía el sistema de grupos de trabajo que requería un trabajador polivalente, capaz de operar en varios tipos de máquina. Su proceso de formación se realizaba en el interior de la empresa y el salario no se fijaba por el nivel del puesto o la cualificación del operario, sino por su antigüedad. Frente al movilismo occidental, el empleo se mantenía de por vida.

La empresa poseía su propio sindicato y la colaboración entre trabajadores y directivos era muy estrecha hasta el punto de que los primeros llegaban a implicarse activamente en el control de calidad. Si hubiera que resumir la fórmula mágica de Toyota podría apuntarse lo siguiente: sistemas de grupos de trabajo, especialización flexible aderezados con algunos principios de estandarización.
Hay un nombre clave en la historia de Toyota y es, sin duda,Taiichi Ohno, al que si se le realizara la prueba de partenidad del sistema Just in Time, arrojaría un abrumador positivo. Ohno fue contratado por Toyoda, tras la Segunda Guerra Mundial, para realizar un estudio exhaustivo de la situación de Toyota que se debatía entre emprender un cambio drástico o el cierre definitivo. Ohno supo hacer de la necesidad virtud y llevó a Toyota a soportar otra carga: la carga de la perfección por el expeditivo procedimiento de introducir el sistema JIT.

Este sistema despejó espacio en las fábricas al evitar el apilamiento de piezas fabricadas a la par que permitió fabricar una amplia variedad de modelos en pequeñas cantidades y a bajos costes. Cada pieza llevaba una ficha de papel (kanban) con número de serie y otras indicaciones. Cuando el trabajador retiraba una pieza que necesitaba la ficha de papel quedaba como testigo de la necesidad de reponerlas. En los años 70, reforzaron los sistemas de control de calidad de los productos. Durante muchos años, Toyota ha sido el espejo en el que se han mirado muchas compañías automovilísticas americanas y europeas. Control de calidad, mimo en la producción y celo oriental parecían ser las consignas de la organización.

El happy end de esta epopeya cuasi-kurasawica quedó más que truncado hace unos días, cuando se detectaron fallos en nada menos que 9 modelos de automóviles que han obligado a la compañía a revisar 8,6 millones de vehículos en todo el planeta y que supondrá unos costes estimados de 1.500 millones de euros. Las implorantes declaraciones de Toyoda "Créanme, los Toyota son seguros" hacen pensar en lo efímero de la gloria o en que en control de calidad no es oro todo lo que reluce o simplemente en la insoportable pesadez de la perfección.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas Begoña:
Queria comentarte que la pelicula Gattaca hace una reflexion a lo que puede pasar dentro de unos años en el futuro.Donde la sociedad es estamental dividida en validos y no validos.
La comparacion con toyota es que iba a ser un coche perfecto sin embargo: no lo han conseguido.

Y en Gattaca Vicens siendo un no valido consigue viajar al espacio.

Saludos:

Miguel Moreno

Anónimo dijo...

Hola:
de la pelicula comentar que se trata de una pelicula un poco subrealista aunque como siempre estamos buscando la perfeccion se podria llegar a "Gattaca".
La gente de toyota lo que queria era diferenciarse del resto para obtener mas ventas y por lo tamto mas beneficios, por eso cometieron un gran error al sacar este coche al mercado tan rapido y sin estudiar los problemas que podian causar.

Saludos

Daniel Muñoz

Anónimo dijo...

Buenas otra vez:
El comentario de mi compañero Daniel me a gustado y quisiera recalcar y preguntar a Begoña ¿por qué con tantos controles de seguriadad como les hacen a los coches pueden tener esos fallos tan garrafales?
Si que intentan diferenciarse para obtener beneficios pero ahora tienen que ser las personas las que paquen esos problemas con su vida.
Personalmente deberian haber mas controles de seguridad o hacer mas estudios antes de sacar un coche al mercado.

Saludos
Miguel Moreno

Anónimo dijo...

para mi que a este coche no le han hecho tantos controles como los que debian. Lo unico que querian era sacar el coche y tener ventas cuanto antes para tener mas dinero.
No creo que para la empresa no suponga mucho esfuerzo pagar las indemnizaciones con todo el direro que hanganado con este coche. Aunque si que no le beneficiara a su marca porque aorha la gente va a tener miedo de que todos los coches tengan los mismos problemas que estos ultimos.

Un saludo Daniel Muñoz

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=GCXCMcDMapU&feature=pyv&ad=4471768225&kw=toyota%20revisi%C3%B3n

Begoña dijo...

Buenas tardes a los dos:
Cuidado. Antes de lanzar acusaciones indiscriminadas es necesario documentarse. Toyota ha sido un modelo durante muchos años y no es un hecho accidental. Ha habido errores de producción, cierto, el sistema de control de calidad ha fallado en algunos aspectos, pero resulta aventurado establecer hipótesis que no pueden ser mínimamente contrastables. Os agradezco el comentario, pero tal vez deberías aportar datos o, al menos, referencias de prensa.
La pretensión de la entrada de hoy era mostrar no tanto que Toyota haya patinado, sino que los sistemas de calidad tampoco están exentos de fallos.
Un saludo y ánimo:
Begoña