lunes, 30 de noviembre de 2009

Alta fidelidad

"La fidelidad consiste en hacer lo que se había prometido" (Cicerón, De Oficiis)

En los tiempos de crisis de los valores tradicionales, la economía de la empresa, subsección marketing o mercadotecnia, se arranca por la tangente, reivindica y reclama fidelidad. ¿Retorno a los clásicos (en un mundo en el que 'clásico' es el partido Real Madrid-Barça)? Frente a los infieles al canon,
Cicerón se erige en un valor seguro. La empresa ha de responder a las expectativas que sus clientes han puesto en ella; hacer lo que había prometido. Pero, ¿y el cliente? Sin duda, harina de otro costal.

La fidelidad sólo es posible en la medida en que también lo es la infidelidad. Dicho de otro modo, el concepto de fidelidad sólo tiene sentido si existen alternativas atractivas que puedan hacer peligrar los compromisos adquiridos. Por tanto, no debe sorprender que en un entorno marcado por incontables estímulos a disposición del consumidor, resulte un objetivo ineludible la fidelización del cliente (entiéndase como un genitivo objetivo).

Las medidas mínimas de higiene expositiva exigen comenzar definiendo el objeto de discusión. Por eso, empezaré por señalar que por "fidelización del cliente" el mantenimiento de relaciones a largo plazo con los clientes de la empresa, de tal forma que sigan adquiriendo los productos e incluso incrementen sus compras. En última instancia, el intento de fidelizar al cliente supone el abandono de una concepción del marketing cortoplacista para concebirlo como un elemento estratégico. No se trata únicamente de que los clientes adquieran los productos una sola vez: la competencia creciente y las exigencias de los consumidores que se traducen en la petición de un adecuado servicio postventa explican este nuevo enfoque a largo plazo. La fidelidad, desde este punto de vista, se constituye como factor clave para el éxito empresarial. El reto estriba en conseguir que los clientes experimenten un estado permanente de satisfacción de sus necesadidades tras consumir el producto que la empresa oferta.

Tradicionalmente, como señala
D. Setó, se ha considerado que la fidelidad del cliente depende de la calidad del producto y de la satisfacción experimentada en su consumo. Sin embargo, esas variables no parecen suficientes para explicar certeramente el hecho de que un cliente se mantenga fiel a una marca. Porque, ¿un cliente satisfecho es necesariamente un cliente fiel? Como en otros órdenes vitales, la satisfacción es una condición necesaria pero no suficiente. Es más, pasa por ser un mito: no hay necesariamente una correlación directa entre ambos. Al menos ésa es la conclusión a la que Arthur Einstein (que no Albert) y Mark Klein llegaron tras analizar los resultados de una encuesta de una empresa de software.

Interesantes perspectivas las de Setó y Einstein y Klein. A mayor gloria de los infieles sin causa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días:

He leído esta entrada y me ha parecido interesante comentar (al igual que hicimos en clase)que lo de ser fiel al pequeño comercio, pese a tener sus inconvenientes como lo son los precios (que suelen ser algo más caros), tiene múltiples ventajas como son la atención que recibes a la hora de elegir el producto (evitando el ansia de los dependientes de grandes superficies de vender el producto como sea), una mayor seguridad de lo que estás comprando y un mejor servicio post-venta en el caso de aparatos electrónicos, entre otros.

Sin embargo las ventajas de las grandes superficies es que en un mismo lugar puedes encontrar muchos productos que necesitas evitando así los desplazamientos entre tiendas lo que nos hace ahorrar bastante tiempo.

Respecto a lo que se dice del cliente fiel y el cliente satisfecho, yo creo que no siempre están unidos, ya que puedes estar satisfecho con una marca de un determinado producto, pero ¿que pasaría si un producto de la misma calidad lo pudiese adquirir ahorrando una cantidad de dinero? ¿Seguiría la gente siendo fiel a ese producto?

En conclusión para mi lo mejor es un cierto equilibrio entre calidad (obviamente a buen precio) y la fidelidad.

Un saludo

Javier Goñi

Anónimo dijo...

Buenas noches Begoña,

Primeramente decir que la fidelidad yo creo que es algo realmente importante, puesto que una compañia de un modo u otro comprobara si sus clientes quedaban satisfechos con sus productos (en el caso de que siguan comprando sus productos) porque si no siguen comprando sus productos vera que no le son muy fieles y tendra que averiguar que fallo y la manera de recuperarlos, o por lo menos eso creo.

Tambien me gustaria señalar la pregunta que aparece en el texo que dice asi:"¿un cliente satisfecho es necesariamente un cliente fiel?", bien, yo creo que un cliente aunque este satisfecho puede no ser fiel a un producto ,puesto que si sale alguno mucho mejor,quizas no lo sigua siendo.
Pongamos el ejemplo de la play station 3 y de la xbox 360, cuando salieron al mercado, un cliente que compro la play station 2 pudo ver que la xbox 360 tenia un precio mas bajo en comparacion con la play station 3, una forma mas agradable que la play station 3 pero de igual calidad a la hora de la verdad, pues bien , ese cliente quizas preferiria comprar la xbox 360 por los motivos antes mencionados, aunque si es una fan aferrimo de la play station pues quizas compria la play station 3 y seguiria fiel al producto, demostrando ser un cliente fiel, todo puede pasar.

Espero haber aportado algo a este interesante tema.

Saludos, David Irañeta.

Beatriz dijo...

Buenas tardes Begoña,


Esta entrada me parece interesante, haces hincapié en un cliente fiel y satisfecho.
Desde mi punto de vista un cliente fiel a una marca o una tienda es aquel que bajo ninguna circunstancia cambiaria de dichas dos cosas. ¿Pero esto es posible yo creo que no?. A una tienda un cliente puede ser fiel si por ejemplo ala panadería de al lado de su casa al pequeño supermercado que podemos encontrar por nuestros barrios, los cuales nos suministran de alimentos que necesitamos en un momento puntual. Pero normal mente la gente va a hipermercados donde poder elegir toda la compra del mes, y ala vez comparar precios.

En estos hipermercados es cuando un cliente es fiel o no, el cliente ira donde encuentre mejor calidad a mejor precio porque lo que ya no va a mirar tanto es la cercanía con el vendedor donde esto se tendría en cuenta en lo ya citado anteriormente. ¿Como pueden hacer las empresas que el cliente sea fiel a estos hipermercado? Dando ofertas como las de 2 por 1, haciendo degustaciones etc. así el cliente puede mirar como es el trato hacia el e ir adquiriendo mas cosas.

En cuanto ser fiel al producto o marca varía habrá gente que le gusten unas determinadas marcas y será asiduo de comprarlas. Pero que pasa si una empresa la ropa de marca la fabrica con niños menores de edad y los tienen explotados? Si esto sale ala luz la gente hará disminuir la compra y así el empresario tendrá que cambiar de modo de generar dichas mercancías para recuperar la fidelidad de los clientes quienes en esos momentos de declive de la empresa se han ido a abastecer a otras.

Un saludo,
Beatriz

Begoña dijo...

Buenas noches a los tres:
Muchas gracias por vuestros interesantes comentarios. Los tres habéis comprendido perfectamente la idea de que la empresa ha de idear estrategias para fidelizar a sus clientes. Además, la fidelidad va más allá de la compra esporádica o de la satisfacción con un producto.
Lo dicho, muchas gracias a los tres.
Un saludo:
Begoña