lunes, 16 de noviembre de 2009

Quiero ser como Beckham





"Nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, omnia, nunc se continet atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses" (Pues, quien en otro tiempo daba el poder, la autoridad, las legiones, todas las cosas, ahora se contiene y sólo está ansioso ante dos cosas: pan y circo. Juvenal, Sátira X, 81)


Juvenal dixit. Pan y circo, o lo que es lo mismo, pan y fútbol. Sin lugar a dudas, todo está inventado. Ninguno de mis alumnos de 1º y 2º de Bachillerato vacilará un instante ante la pregunta de quién es Beckham. Sin embargo, muchos de ellos se verán en un grave aprieto si se les solicita el nombre de la Vicepresidenta Segunda del gobierno y ¿flamante o humeante? Ministra de Economía y Hacienda. El mismo en que se vieron sus coetáneos a la hora de identificar los cargos de otras dos insignes y a mi limitado entender (como la realidad adolescente se empecina en revelar) famosas españolas.


Tal vez sea porque no me gusta el fútbol o porque creo que tratar de forma semejante a los iguales (y de forma diferente a los que no lo son) debería alcanzar la categoría de axioma, reconozco que me alegró conocer la noticia de que la Ley 35/2006 de 28 de noviembre, del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, más conocida como ley Beckham, iba a sufrir modificaciones. El futbolista británico prestó su apellido a la norma jurídica a cambio de la nada desdeñable prebenda de tributar bajo un gravamen del 24% en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, -como mis alumnos saben, paradigma de impuesto directo-cuando en otras condiciones hubiera debido "sufrir" un gravamen del 43%. El fundamento de esta -en mi opinión discutida y discutible, pues el preámbulo defiende la tesis contraria- flagrante vulneración del principio de igualdad ante la ley (incluida la tributaria) se amparaba en la búsqueda de incentivos para que profesionales altamente cualificados se instalaran en nuestro país. En román paladino, tú contrata que nosotros (no se entienda como plural mayestático, sino como la suma de entes corpóreos llamado contribuyentes) pagamos los costes (al menos, los de oportunidad).


Si bien es cierto que la cualificación de David y Victoria Beckham es incuestionable, no lo es menos que la ley no pareció surtir los efectos deseados. De hecho, el gremio más beneficiado por el artículo 93 de la famosa ley ha sido el de los jugadores de fútbol.


Tal vez convenga explicar con más detenimiento la estructura del IRPF para entender mejor la cuestión. En otra entrada introduje , de forma superficial, el tema. Allí afirmaba que el IRPF es un impuesto progresivo, lo que significa que el gravamen aplicado crece según una escala en función de los aumentos de la base liquidable. Estos aumentos se dividen en tramas que se configuran como sigue:


  • Primer tramo: Rentas anuales de 0 a 17707,20 euros. Están sometidas a un gravamen del 24%.

  • El segundo tramo, comprende rentas desde 17.707,20 euros hasta 33.707.19 euros. Están sometidas a un gravamen de un 28%.

  • Tercer tramo: rentas anuales de entre 33.007,20 y 53.407.19 euros. Están sometidas a un 37%.

  • En el cuarto y último tramo, se sitúan las rentas más altas con ingresos mayores de 53.407,20 euros. Todas estas rentas sufrirán un gravamen del 43% que es el tipo máximo de gravamen existente en España.

Un análisis somero de estos datos arroja la interesante conclusión de que Cristiano Ronaldo tributa con un porcentaje similar al de un sufrido mileurista. ¿Resulta esta interpretación demagógica? Hay quien piensa que sí. Aunque sólo sea para evitar la temida huelga que nos privará de nuestra dosis semanal de pan y circo. Consuélense: las leyes no actúan de forma retroactiva y el circo actual está garantizado. Juvenal revisited.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña:

Comentas en la entrada la nueva modificación del IRPF y estoy de acuerdo en que todo aquel que cotice en España debe pagar en función de lo que cobra, tributando más al estado los que más dinero perciben por su actividad profesional sean nacidos como españoles, nacionalizados en España o, simplemente extranjeros que trabajan en nuestro país.
También es cierto que se debe incentivar a extranjeros altamente cualificados a afincarse en nuestro país a fin de mejorar nuestra posición a nivel mundial tanto en aspectos ecónomicos como sanitarios, educativos, etc (algo que me lleva a pensar en la aparente baja calidad del "producto nacional", aunque eso ya es otra historia). Pero, hablando desde mi modesto entender, se debería atender a las funciones que estos extranjeros van a desempeñar o a que el gravamen bajo no sea indefinido y que solo les beneficie en sus primeros años de estancia en España.

Saludos,
Óscar Sádaba

Begoña dijo...

Buenas noches, Óscar:
Interesante observación la de que la calidad de la producción nacional debe de ser cuestionable en la medida en que es necesario reclutar profesionales del exterior para mejorarla. Sin embargo, muchos países (EEUU tal vez sea el paradigma) han acogido y facilitado la entrada de profesionales cualificados. La "fuga de cerebros" a EEUU ha sido un problema endémico de la ciencia española. La ley Beckham nació para hacer nuestro país atractivo a investigadores y profesionales cualificados y, de esa forma, contribuir a paliar ese problema investigador en España. Hasta qué punto ha cumplido su objetivo es, sin duda, otro problema. Si te interesa el tema, te recomiendo que leas este interesante artículo http://www.fp-es.org/depende-fuga-de-cerebros
Un saludo:
Begoña