"In this world nothing can be said to be certain, except death and taxes."(Benjamin Franklin)
Tal vez sea este noviembre que, pese a su disfraz de abril, no puede evitar aromas de ultratumba. No en vano se ha convertido en el mes escatológico (en el buen sentido del término) por antonomasia. De ahí que mis mecanismos mentales, de suyo bastante simples, -lo admito-, me hayan conducido, junto a la necesidad de explicar a mis alumnos algunos conceptos básicos del marketing, a la otoñal imagen de un nicho.
Al consultar el libro sagrado de las palabras castellanas, el Diccionario de la Real Academia, los significados de nicho, además de enterarse de que la etimología remite al vocablo italiano 'nicchio', el lector puede tomar nota de dos acepciones. La primera, "concavidad en el espesor de un muro, para colocar en ella una estatua, un jarrón u otra cosa" y la segunda, concavidad formada para colocar algo; como las construcciones de los cementerios para colocar los cadáveres". Pero como los senderos de las metáforas son inescrutables, no sorprende encontrar que existen también nichos ecológicos y nichos de mercado.
Si bien no es el momento de negar mi interés por la ecología, tengo que señalar que la entrada de hoy está dedicada a los denominados nichos de mercado. En una primera aproximación wikipédica, cabría definirlos como "una porción de un segmento de mercado en la que los individuos poseen características y necesidades homogéneas, y estas últimas no están del todo cubiertas por la oferta general del mercado". Una perita en dulce para quienes a través del marketing desean canalizar deseos y crear demanda. Y siguiendo con las metáforas, un territorio virgen que todavía no ha sido colonizado por la competencia.
Hoy va también de vocablos. Chris Anderson, erudito postmoderno (físico, economista y conferenciante, en general), acuñó un término que ha alcanzado la categoría de lugar común, a saber, long tail, y que traigo a colación en este foro porque para su autor expresa la tendencia por la cual, gracias a la tecnología, el mercado de masas se convierte en un mercado de nichos. Gracias a la red se ha conseguido que la venta al por menor resulte un negocio rentable. ¿Es el fin de la cultura de masas? Se lo avisé: hoy va de nichos, de muerte y de talones.
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