domingo, 26 de febrero de 2012

Un tranvía llamado deseo

"En última instancia, lo que amamos es nuestro deseo, no lo deseado" Friedrich Nietzsche
"Juegas tú... ¿o juegan contigo?" Slogan ideado por Isaías Cruz, recordado y brillante ex-alumno, y ganador del concurso escolar organizado por la Asociación de Ludópatas Aralar

Tempus fugit, reza el tópico virgiliano. Varias
entradas atrás, incluso varios años atrás, ay, hablaba en un post del supuesto de la racionalidad del consumidor. Entre las primeras lecciones de economía que reciben los principiantes de 1º de Bachillerato está la idea de que la teoría económica estándar, si es que existe tal entidad, se basa en la premisa de que el consumidor es racional. Tal presupuesto ha sido objeto de reiterados debates. El penúltimo, de la mano de Dan Ariely, con Predictably Irrational, traducido al español bajo el sugerente título de las "trampas del deseo". El autor, economista en el MIT, llega a afirmar que "una vida con menos normas de mercado y más normas sociales sería más satisfactoria, creativa, plena y divertida".

Este libro resulta ser, además, un buen ejemplo de mestizaje disciplinar; su objeto de estudio caería en lo que se ha dado en llamar behavioral economics, esto es, economía del comportamiento, que viene a ser el estudio, mediante experimentos, de lo que la gente de hecho hace cuando compra, vende, cambia de trabajo desea o toma otras decisiones en su vida cotidiana.

Para abrir el apetito lector, les invito a ver el programa que Eduard Punset dedicó a Ariely. De nuevo, el interrogante de mi ex-alumno: ¿juegas tú?.... o ¿juegan contigo?



































13 comentarios:

Eloy Doña dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, ya que creo basándome en la teoría del Maslow, que los seres humanos tenemos necesidades primarias y en realidad las únicas 100 por 100 indispensables para nuestra existencia.
El resto de necesidades han sido creadas, desde mi humilde punto de vista, en base a las innovaciones técnicas y nuevas ideologías.
Claramente se puede observar que en la sociedad actual está surgiendo un tipo de enfermedad o dependencia a las nuevas formas de comunicación.
Pero lo mejor de todo es que según estudios la gente es menos feliz ahora que antes, y la depresión está afectando cada vez a núcleos de la población más jóvenes.
Conclusión, las empresas a base del marketing intentan crearnos necesidades, pero los que somos dueños de nuestros actos somos nosotros..cada uno decide si comprar o no...
salu2

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña:
Estoy de acuerdo con Eloy, ya que sin ninguna duda, la trampa en la que hemos sido capturados por la publicidad ha llegado a tal punto que casi se le podría considerar como una enfermedad, ya que nada más comprar algo, ya estamos deseando comprar otra cosa, que por cualquier razón, ya puede ser mejores prestaciones, mejor servicio, o simplemente por el mero echo de comprar. Esta publicidad nos crea una sensación de insatisfacción, es decir, no nos conformamos con comprar una, tenemos que comprar dos, tres, cuatro...
Es cierto que las empresas que se encargan de la publicidad, tienen un gran mérito, aunque en esta ocasión nos afecte de forma no positiva, hay que valorar la capacidad que tienen de conseguir concienciarnos de que tenemos que comprar más y más.
Aunque también apoyo a la publicidad y al efecto que tienen sobre nosotros, ya que sin ellas, no se movería la misma cantidad de dinero que se mueve actualmente, ya que gracias a la publicidad, nosotros compramos, gracias a que nosotros compramos, hacemos que el dinero no se quede "parado".
Ivan Luquin

Anónimo dijo...

Buenas tardes:

Permíteme decirte, Eloy, que yo no estoy del todo de acuerdo contigo. Obviamente, todos sabemos que las necesidades fisiológicas son primordiales; aún así, yo creo que no son las únicas indispensables. Las personas también necesitan sentirse seguras, tener un empleo para sobrevivir, confianza consigo mismo, etc. Y de este modo podrán conseguir sus metas para sentirse satisfechos.

Es normal que las empresas nos intenten vender sus productos con el marketing, ya que es a eso a lo que se dedican: si no venden esos productos, la empresa cerraría. Si tuvierais que vender vuestro producto, ¿no creéis que haríais lo mismo?

Un abrazo,
Irantzu Nuin

Anónimo dijo...

Buenas tardes,

Actualmente raro es el día en el que no compremos algo que nos ha llamado la atención, simplemente por la publicidad que nos han mostrado de este artículo.Yo creo que la publicidad nos empuja a comprar y las propias empresas también, y si no es por una razón es por la otra; pero siempre estamos COMPRANDO.Estoy de acuerdo, en que las empresas tienen que vender su producto através de la publicidad, y me quito el sombreo ante ellas. Ya que si no existiera esta la sociedad no tendría esa libertad de llevarse guiar por el "gusanillo" de la publicidad.

Un saludo, Natalia Rubio.

Anónimo dijo...

Buenas noches Begoña,

En primer lugar destacar de este video la palabra racionalidad ¿que entendemos porque una persona sea racional? ¿Que elija conforme unos principios, valores y sea fiel a ellos siempre? También hay que tener en cuenta, que una persona a la hora de elegir también se rige por algunos supuestos básicos sobre las preferencias que son: La completitud: un consumidor puede preferir un filete, a una hamburguesa pero comprar una hamburguesa porque es más barata. Transitividad: si un consumido prefiere un Porsche a un Cadillac y un Cadillac a un Chevrolet, también prefiere un porche a un Chevrolet. Cuanto más mejor: los consumidores siempre prefieren una cantidad mayor a una menor además nunca están satisfechos o saciados. También resaltar a la hora de la elección de un consumidor como elegir, o que es lo que impulsa a tomar unas decisiones u otras. Algo a mencionar seria los bienes sustitutivos o los complementarios; los primeros por ejemplo o ir al cine o ver una película en tu casa; y el segundo zapato del pie izquierdo y zapato del pie derecho. De aquí se puede decir que cuando un bien es sustitutivo es más fácil cambiarlo por otro más barato pero en cambio en uno complementario será más complicado o nulo prescindir.
Un saludo
Javier colomo.

Anónimo dijo...

Hola Begoña, entendemos por racionalidad el evaluar una cosa de forma óptima. Cuando compramos estamos constantemente evaluando y por tanto hacemos uso de la razón. En el vídeo se explican los criterios que seguimos al comprar un de producto (como se ve en el ejemplo de los chocolates, preferimos escoger el producto gratuito, aun sabiendo que es de peor calidad). Las personas al comprar tendemos a guiarnos por la calidad, por eso estamos dispuestos a pagar más pero siempre teniendo en cuenta el precio. Además de la calidad del producto, los consumidores nos fijamos en su imagen (eslogan, envase, publicidad, estética…).

Otro punto importante que se refleja en el vídeo es nuestra tendencia a dejarlo todo para el último momento. Aunque dispongamos de tiempo, siempre pensamos que el plazo límite está lejos. Reflexionando, si esto nos ocurre con unas fechas previstas con antelación, más nos pasará cuando somos nosotros quienes ponemos la fecha límite.

Un saludo
Garbiñe Yoldi

Paula Sesma dijo...

Hola, Begoña:

Desde mi punto de vista, la primera regla de la racionalidad es ser irracional. ¿Paradójico? No. La racionalidad encierra en sí misma esta afirmación: lo primero que considera la racionalidad es la existencia de la irracionalidad, pues sin ella la misma racionalidad carecería de sentido.
Partiendo desde esta afirmación, diré que actuamos racionalmente a la hora de comprar, pero es una racionalidad irracional. ¿Otra paradoja? Tampoco. Como ya he dicho, la racionalidad encierra irracionalidad. Creemos estar haciendo LA compra, no UNA compra cualquiera, la compra sobre la que habíamos pensado con anterioridad, debatiendo mentalmente sus pros y contras, contrastando precios etc Y sin embargo, llegamos al supermercado y todos seguimos las mismas pautas de consumo que llegan a ser totalmente diferentes a lo que habíamos planeado hacer... y seguimos siendo racionales porque caemos en el juego de los señores directivos de marketing y publicidad, que lo habían planeado de forma perfectamente racional.

Son los auténticos maestros del engaño, o quizás sería más correcto decir maestros de la sorpresa. No sabemos cómo, pero siempre acabamos a su merced y nos encontramos, "sorprendentemente", siendo las fichas de su juego. Nosotros no tenemos dado, no podemos elegir hacia dónde movernos, porque si intentamos hacerlo ya estamos cayendo en su trampa: sabemos qué es lo que buscan y cómo lo hacen, así que intentamos llevarles la contraria, pero de todos modos terminaremos adquiriendo otro producto de características muy similares... pero con el mismo trasfondo.
Es curiosa la forma en la que el hombre compra, no cabe duda alguna. Y también es curioso que el mismo sistema de atracción sea utilizado no solo en marketing y publicidad sino en la vida diaria. No solo dejamos para el último momento el comprar el pan, sino que esperamos a la una de la madrugada del día del examen para abrir la primera página del libro.

Racionalmente irracionales es lo único que puedo volver a decir.

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña,

Todos creemos que nuestras decisiones son racionales pero ¿de verdad tenemos el control sobre nuestras acciones? En principio pensamos que sí, pero en realidad no lo tenemos del todo. En el vídeo se comprueba como actuamos al comprar un producto, nos fijamos en la imagen, la calidad, el precio, etc. Pero luego aparece esa palabra mágica de seis letras: GRATIS y todo se vuelve diferente. Aun sabiendo que la calidad es menor (como en el ejemplo de los chocolates) no nos importa porque es gratis. Es como si se nos iluminase la cara al oír esa palabra.

Pero eso no es todo, también se nos muestra en el libro la capacidad que tenemos para dejarlo todo para el último momento. Nos ocurre constantemente, ya sea para un examen, una compra, o cualquier tipo de tarea ya que siempre creemos que tenemos el tiempo suficiente para realizarla y luego llega el día anterior y se hace rápido e incluso de mala manera.

En conclusión, nuestro comportamiento, es un comportamiento económico que tenemos desde siempre. Las empresas se han encargado, a base de publicidad, de que compremos sus productos y no otros. Por lo tanto, como dice el título del vídeo, somos seres predeciblemente irracionales.

Un saludo,

Beatriz Armendáriz.

Anónimo dijo...

En primer lugar buenos dias.
Para mí, el aspecto mas a destacar de este texte es la relacion que hay entre el deseo y la frase¨¿juegas tú? ¿juegan contigo?¨porque a mi modo de ver el deseo en cierto modo no depende de la propia persona sino de lo que nos puedan yegar a vender.
ciertads marcas consiguen hacer con sus anuncios que a los consumidores nos cree un deseo hacia ese producto que no tenemos y que desde luego no necesitamos, por eso creo que en cierto modo la frase de ¨¿juegan contigo?¨tiene mucho sentido a la hora de ablar del deseo del consumidor.
Un saludo: Iñigo Equiza

Anónimo dijo...

En este video podemos ver cómo actuamos los humanos, podemos observar que si tenemos dos productos para comprar uno tiene mayor precio que otro pero con mayor calidad compramos el caro por su calidad, pero si tenemos esos mismos productos el barato gratis y el otro con menos precio lo lógico sería seguir consumiendo el más caro y con mayor calidad pero pese a ello consumimos el que es gratis y la única razón es que es gratis. Esto es porque pese a que nos importe la calidad, lo que es gratis es gratis y no podemos evitar llevárnoslo.
Alberto Muñoz

Anónimo dijo...

Buenos días Begoña,

A la hora de elegir un producto y no otro, nos basamos en unos principios que tenemos como básicos para elegir, nos importa mucho la calidad de un producto pero su precio también tiene un papel muy importante, por eso preferimos lo gratis aunque tenga al lado otro producto con muchísima mejor calidad.

Para elegir, también nos basamos en la información que recibimos acerca del producto, la publicidad que se hace de él. Por ejemplo, si vamos a un supermercado y encontramos dos productos parecidos a un precio similar, en un principio, nos daría igual cual elegir pero si un producto es de una marca desconocida y el otro es de una marca que conocemos por la publicidad, casi seguramente elegiremos el de la marca conocida porque al tener algún conocimiento sobre él, tenemos más confianza y creemos que va a ser mejor.

Un saludo.
Saioa Oyaga.

Unknown dijo...

Hola Begoña,

He vuelto a ver el vídeo, aunque creo que ya lo comentamos el año pasado en clase. Sin lugar a duda, las empresas han alcanzado un alto conocimiento de nuestros hábitos de consumo. El problema, como con toda la información que se consigue, es el uso que se le da a la misma. En este caso es utilizada para incrementar el consumo, pero el estudio en este campo ha llegado a tanta profundidad que lo mas importante ya no es conocer a nuestro consumidor o el target, sino crear target. En la actualidad, resulta imposible resistir a las agresivas estrategias que sigue el marketing, incluso atacando nuestra parte menos racional, el subconsciente.

Pero la realidad es que vivimos en un mundo orientado hacia el consumo. Se ejemplifica en el caso de que la publicidad nos llega a nuestros smartphones, la escuchamos por la radio, al ver un vídeo... ETC. Esta claro que muchas veces el marketing e olvida de una parte fundamental que es la ética, pero lo que no se puede negar es que hoy en día estamos bombardeados por publicidad y por ende obligados a aumentar y orientar nuestro consumo.

Un saludo

Begoña dijo...

Hola, Óscar:
Interesante apreciación. Sin duda, se hace necesaria la revisión del uso de determinadas estrategias de marketing desde el punto de vista de la ética. En mi opinión, es imposible adoptar una perspectiva de neutralidad ética en estas cuestiones.