lunes, 13 de febrero de 2012

Robinson Crusoe

Pero, ¿por qué había de preocuparme el mucho tiempo que consumían estas cosas? Bien claro estaba que me sobraba tiempo, y si mis trabajos hubieran terminado antes me habría quedado sin saber qué hacer, salvo explorar la isla en busca de alimento, cosa que llevaba a cabo casi diariamente. Daniel Defoe, Robinson Crusoe.


Pertenezco a una de esas generaciones consumidoras de grandes clásicos adaptados. Una forma quizás poco ortodoxa de acercarse a la literatura, pero, en algunos casos (no sé si en el mío) eficaz, si por eficacia se entiende, como mis alumnos de 2º de Bachillerato saben, la acción de conseguir los objetivos que alguien se ha propuesto.

Entre mis clásicos adaptados favoritos se encontraba la versión del náufrago más famoso de la historia, Robinson Crusoe. Todo un maestro de la eficiencia y de la eficacia, conceptos que van a ser examinados en esta entrada.

Todo buen análisis ha de partir de la comprensión de los conceptos que constituyen su objeto. Así, según la RAE, se entiende por 'eficiencia' la "capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado"; y por 'eficacia' la "capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera'. Parece evidente que ambos principios han de regir el quehacer económico, aunque el primer concepto ponga el acento en los medios y el segundo en los fines. Llegados a este punto, y admitiendo que tanto eficiencia como eficacia resultan vitales para la supervivencia de una empresa, cabría, sin embargo, plantearse cuál debe ser prioritaria.


Se atribuye erróneamente a Nicolás Maquiavelo la lapidaria y habitualmente malinterpretada frase de que "el fin justifica los medios". Inciso: siempre me ha parecido interesante rastrear el origen de estas falsas atribuciones de paternidad a determinadas sentencias. Tal vez lo haga con mis alumnos de Literatura Universal. Esta afirmación, que podría colegirse tras una lectura de El príncipe, podría ser asumida -con matices- por Peter Drucker, nuestro gigante de hoy, a la hora de abordar la cuestión de la eficiencia y la eficacia. "Efficiency is doing things right; effectiveness is doing the right things" afirma Drucker.

La tesis de este autor inclina la balanza hacia la eficacia "La eficacia es un requisito del éxito, la eficiencia es una condición mínima para sobrevivir después de que se ha alcanzando el éxito". Es decir, en el mundo empresarial la eficacia deviene imprescindible.

Ser eficaz conlleva el establecimiento de fines y objetivos, así como de las tareas necesarias para su consecución y su priorización. Asimismo, implica que aquello que se lleva a cabo es viable y no se aleja del fin último. De ahí que no tenga sentido hablar de eficiencia -optimización de los medios- si no es en relación con el logro de un fin.

No se trata de una simple cuestión terminológica o semántica. Y pondré un ejemplo. A día de hoy es frecuente escuchar en diferentes foros que debe examinarse la eficiencia del sector público; sin embargo, no lo es tanto el plantearse la cuestión de su eficacia. Ambas perspectivas llevan a emprender caminos y llegar a conclusiones más o menos estrechas de miras. Se abre la veda para el debate. Como Robinson, tenemos tiempo.



























11 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña:

Como primer comentario en esta entrada me gustaría decir que es un tema muy apropiado en estos tiempos de crisis porque las empresas lo que buscan es producir lo máximo y minimizar los gastos.

Ahora adentrandome ya más en el tema creo que es importante decir que para el buen funcionamiento de una empresa es tan importante la eficacioa como la eficiencia, si una empresa quere ser la mejor en su sector deberá ser efican, lo que la llevara tambien a ser eficiente y viceversa, si una empresa es eficiente, logrará cumplir sus objetivos sin ningun problema aparente.

Por eso no estoy en total acuerdo con el Sr Drucker ya que para mi las dos tienen o deben ir juntas para el buen funcionamiento de cualquier empresa y tambien haverle una pregunta que me asalta y que podría asemejarse a este debate: ¿Qué fue primero el huevo o la gallina?

Para unas personas la gallina seria lo primero pero para otras no, según el punto de vista de las personas el mundo se ve de una forma o de otra, en cuanto a este tema mi punto de vista es fierme y caro, ambas son necesarias para las empresas, bien sea en el aspecto económico como en el productivo.

Espero que esta entrada tenga mas comentarios próximamente para poder comparar con los de mis compañeros, no tengo nada mas que decir salvo una despedida.

Las empresas buscan triunfar y solo las que poseen los dos aspectos pueden conseguirlo, claramente tenemos el ejemplo del Grupo Inditex.

Un cordial saludo: Iñigo Equiza

Begoña dijo...

Buenas noches, Iñigo:
Creo que el propio Drucker estaría de acuerdo contigo al señalar que la eficiencia también importa. Él no niega que haya que optimizar los recursos, esto es, "hacer las cosas bien". Lo que está defendiendo es que el acento ha de residir en la eficacia: necesitamos saber cuáles son las cosas correctas (eficacia) para poder hacerlas bien (eficiencia). Sí que es cierto que hay quien sostiene que, en tiempos de crisis, hay que empezar por la eficiencia. Discutible opción pero plausible, aunque tampoco implicaría la negación de la eficacia. Es, por consiguiente, un problema de jerarquizar principios más que de elegir entre ellos.

En cualquier caso, gracias por tu comentario.
Un saludo:
Begoña

David Romero dijo...

Estoy de acuerdo en lo que se refiera a la eficiencia si no es en relación a un fin, el ser eficaz tiene que entablar relación con la eficiencia...lograr un fin es siempre mejor si lo consigues mediante los mejores medios.
Fijándome en ejemplos concretos de cosas o personas eficaces me vino la idea de comparar estos términos con las hormigas,si si estas criaturas tienen estos términos por lema.
A la vez que Robinson Crusoe estas tienen que luchar por sobrevivir rodeadas de “gigantes”, utilizando su mejor arma: la unión (eficiencia) de todo el hormiguero por llegar a recolectar sus víveres (eficacia).
Si un trabajo no es eficiente nunca llegará a ser eficaz, así que debemos aplicarnos el cuento en muchos casos empezando desde la ente de cada uno.
Un saludo

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña:
Para empezar a hablar sobre tu entrada, comentarte que has tenido un gran acierto al realizar una entrada sobre estos términos, que hoy en día son básicos para cualquier persona que va a realizar una acción. Ya puede ser una empresa como una persona sola. Supongamos que una empresa que se dedica a la venta de banderas tiene que realizar una entrega de 15.000 banderas. Para ello, puede realizarlo mediante varios caminos, ya sea por el número de personas empleadas, número de máquinas... Estoy completamente seguro de que la empresa querrá utilizar el mínimo número de personas y máquinas empleadas y a la vez tardar el menor tiempo posible. Está claro que el resultado final puede ser el mismo, pero las máquinas y los trabajadores empleados, no serán el mismo número. Esto mismo ocurre, por poner el ejemplo más cercano a mi, cuando un estudiante estudia para un exámen. Supongamos que el estudiante A saca la misma nota que el estudiante B, pero que el estudiante A ha dedicado 8 horas de estudio, y el estudiante B ha dedicado 15, está claro que la opción que todos escogeríamos sería la del estudiante A, esto es debido a la eficiencia de él, aunque la eficacia sea la misma, la eficiencia es lo que ha marcado la diferencia entre ambos.
Como ha señalado Iñigo en su comentario, Drucker y su idea sobre que no van juntas, al menos, hoy en día no es cierta, ya que debido a la situación actual, todos queremos y nos vemos prácticamente obligados a realizar las cosas con la mayor eficiencia posible, ya que así, el "resultado global" si en el resultado final alcanzamos nuestro objetivo, será mejor.
Un saludo,
Iván Luquin

Begoña dijo...

Buenas noches a los dos:
Interesante analogía la que planteas, David. De todas formas, se puede alcanzar la eficacia sin ser eficiente y me explico. Una empresa puede plantearse como objetivo producir 1000 tornillos diarios y lo puede hacer utilizando 3 operarios y 2 máquinas. Si finalmente consigue producir lo planificado, será eficaz, pero si lo hace utilizando 4 operarios y 2 máquinas, no será eficiente.
Respecto al comentario de Iván, creo que no se trata de que hoy en día vayan juntas (aunque sí que es cierto es que los principios de eficiencia y de eficacia salen a relucir con más frecuencia en tiempos de crisis económica) ; es que deberían ir juntas (economía normativa).
Un saludo y gracias por vuestros comentarios:
Begoña

Anónimo dijo...

Buenas tardes:
Respecto a la eficacia y la eficiencia, aspectos importantes en los tiempos que corren, yo creo que son aspectos que sin juntarlos de forma directa se acaban uniendo.
Un ejemplo claro con el que me han explicado a mi estos terminos, y el cual coincide con el que a comentado Ivan es por ejemplo que un estudiante dedica 2 horas de estudio y saca un 6 y otro que dedica 5 horas saca la misma nota en el examen, la diferencia de estos dos estudiantes no es otra que eficiencia (tiempo dedicado al estudio), ya que la eficacia (la nota del examen) es la misma para los dos.
Por eso yo creo que aunque la eficacia y la eficiencia no sean dos aspectos que siempre tengan que ir unidos si que muchas veces acaban uniendose.
Un saludo
Vanessa Dueñas

Anónimo dijo...

Como bien recordado en esta entrada Daniel Defoe es el escritor de la gran famosa novela de Robinson Crusoe. Bien queda resaltar que esta gran novela queda en un náufrago inglés en el que la acción es situada en una isla y su objetivo es la “supervivencia”.

Adentrándome en el tema quiero decir que en una empresa lo que busca es llegar tanto a la eficiencia como a la eficacia. Actualmente una empresa quiere ser efectiva para luego ser eficiente. Para mi queda decir, que una empresa necesita tanto la eficacia, para cumplir esos objetivos que se han marcados y a la ved ser eficiente para conseguir los mejores resultados en comparación con los recursos empleados.

Si por ejemplo en una empresa en el que se experimenta en la venta de ordenadores, su primer y gran objetivo es ganar cierto dinero, por ejemplo 1000 euros o intentándolo siempre superarlo. Aquí en este caso esta empresa es eficaz, utilizando todos los recursos y siempre intentando conseguir más. Pero para conocer su grado de eficiencia tendremos que conocer el número de recursos que ha empleado. Esta empresa lo que intenta es siempre llegar a una gran eficiencia con el menor numero de recursos.

No estoy de acuerdo con que su “balanza” se incline hacia la eficacia, porque puede ser una manera de “sobrevivir”, pero eso solo es la gran idea, cuando ya una ved as realizado esta acción, no te puedes conformar con un cierto dinero, si utilizas la eficiencia el trabajo realizado sera mas rápido y conseguirás más por menos. También decir por ultimo que en las personas es casi lo mismo, lo que nos proponemos, siempre podemos conseguirlo y ir a por mas.
Un saludo Shelvi Hernández

Anónimo dijo...

Buenas noches Begoña,
El caso de Robinson Crusoe sirve para hacer mención a muchos supuestos económicos entre los cuales destacar la eficacia y eficiencia como explicas es esta entrada pero no obstante voy a hacer mención al conjunto de oportunidades en este caso: Este naufrago tiene la desafortunada suerte de caer en una isla donde solo tiene cocos y peces, son recursos escasos: tiene 10 cocos y 5 peces y como máximo para conseguir esto tiene 50 minutos. Ese es su conjunto de oportunidades cualquier punto que se encuentre en la recta serian puntos eficientes ya que consume todo el tiempo y consigue lo máximo de cada bien. Cualquier punto fuera de la recta seria puntos imposibles porque no podría adquirirlos con ese tiempo y cualquier punto por debajo serian puntos ineficientes porque habría alguno mejor. También podríamos hacer mención al coste de oportunidad cantidad de 1 bien que tengo que sacrificar para conseguir una unidad más de otro bien. En este caso el coste de consumir un coco mas son 2 peces y el coste de oportunidad de consumir 1 pez mas es 0.5 cocos.
Un saludo
Javier colomo

Paula Sesma dijo...

Hola, Begoña:

Nada más comenzar a leer la entrada se me ha venido a la mente las clases de 1º de Bachillerato del año pasado en la que nos explicabas estos conceptos basándote precisamente en Robison Crusoe.

Ojalá las grandes multinacionales que dominan el mundo actualmente hubieran dispuesto en su día del libro para poder diferenciar eficacia de eficiencia.
En mi opinión, la eficacia es básica: no puedes llevar a cabo un objetivo maximizando los beneficios sin antes estar seguro de poder llevarlo a cabo. La eficiencia viene después: una vez sabes cómo llevar a cabo un plan, haz todo lo posible para reducir los gastos y aumentar el beneficio... pero no por ello pierdas calidad, porque tendrías que volver al concepto de eficacia: no habrías logrado el objetivo primero.
Así puedo explicar mi introducción sobre las multinacionales y Robinson Crusoe. Recordando un vídeo muy interesante que nos pusiste hace no mucho titulado "Obsolescencia programada", llego a la conclusión de que las empresas más importantes buscan una eficiencia engañosa: llevan a cabo uno de sus objetivos (vender y obtener beneficio con el menor gasto posible) pero no la satisfacción de las necesidades del consumidor al plazo que éste cree correcto, por lo que no están siendo realmente eficaces ni mucho menos eficientes. ¿Consiguen vender? Sí pero, ¿a qué precio?
Me explico: es típico ver que uno de los primeros móviles que salieron al mercado cae y no le ocurre nada, mientras que uno de los nuevos móviles, con toda la tecnología que incluye, si recibe un mínimo golpe, es lo último que recibirá, porque tendrás que decir adiós a llamadas y mensajes y hola a las señales de humo... e incluso sin que llegue a caerse; solo espera un año o dos. Bueno, puede que resulte exagerado, pero no está alejado de la realidad. Día a día las nuevas tecnologías resultan poco eficientes para el consumidor y él se está dando cuenta.

Así vemos también que son conceptos muy abstractos que dependen de la lectura que se les de. Van unidos, por supuesto, pero no siempre de la misma manera.
No puedo terminar sin citar a Ezra Pound: "Los buenos escritores son aquellos que conservan la eficiencia del lenguaje. Es decir, lo mantienen preciso, lo mantienen claro." Lo cual es aplicable a la poca transparencia de las grandes multinacionales y su falsa eficiencia.

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña,

La eficacia y la eficiencia son dos conceptos que siempre hemos comentado en clase devido, en parte, a sus diferencias. La eficacia es conseguir lo propuesto pero en la eficiencia entra en juego un nuevo factor, la forma de conseguirlo.

Son dos conceptos muy importantes en la empresa ya que deben conocer sus objetivos y como conseguirlos reduciendo los costes. Por eso, yo también creo que primero sea la eficacia y después la eficiencia pero sin olvidar los objetivos propuestos inicialmente.

Para poder conseguir lo propuesto, me parece necesario que todos los componentes de la empresa conozcan los objetivos y la mejor manera de conseguirlos. Por eso, es necesario que haya una buena comunicación dentro de la organización.

Un saludo.
Saioa Oyaga.

Anónimo dijo...

Buenas noches, Begoña:

Parece que fue ayer cuando empezamos a utilizar estos términos a principio de curso. ¡Cuánto nos costó lograr diferenciarlos! La verdad es que actualmente tendemos a confundir eficiencia y eficacia y, como han aportado mis compañeros, existen varias diferencias entre ellos.

Los resultados eficientes se consiguen cuando se ha dado un uso adecuado a los factores que tenemos, al menor coste. Es decir, se centra en los medios; frente a la eficacia que se centra en el fin. Por eso, yo creo que siempre debemos ir en busca de la eficiencia ya que, de alguna manera, conlleva una eficacia porque consigues los objetivos marcados.

Estoy de acuerdo con Peter Drucker en que la eficacia es más decisiva, pero, como he dicho antes, la eficiencia no es menos importante.

Un saludo,
Irantzu Nuin.