sábado, 10 de marzo de 2012

El objetivo

"He venido a Kumasi sin objetivo alguno. Por lo general se cree que tener un objetivo marcado es algo bueno: que la persona sabe lo que quiere y lo que persigue; por otra parte, sin embargo, tal situación le impone unas anteojeras, como las de los caballos: ve única y exclusivamente su objetivo y nada más. Y ocurre, por el contrario, que lo que está más allá, lo que sale del límite impuesto en amplitud y profundidad puede resultar mucho más interesante e importante. A fin de cuentas, entrar en un mundo diferente significa penetrar en un misterio, y ese misterio puede guardar muchos laberintos y recovecos, ¡tantos enigmas e incógnitas!" (Ryszard Kapuszinski.Ébano)


Pocos libros de viajes emocionan tanto al lector como los de Ryszard Kapuszinki. Y lo hacen porque en ellos están presentes la alegría del descubrimiento y las revelaciones del azar. Me gusta esa idea de viajar sin objetivos, ni anteojeras prestándose gustosamente a las maniobras de un destino tan abierto como la propia ruta. Sin duda, se trata de una hermosa metáfora vital, que choca inevitablemente contra el muro de nuestras mentes empeñadas en marcarse metas, objetivos, puntos de llegada o como quiera llamarse a esa suerte de domesticación del futuro. Porque la meta es la razón de la carrera; el objetivo del plan y el plan es el puente que une el presente y lo que está por llegar, por alcanzarse.

La empresa, en este sentido, no es una excepción a ese afán planificador netamente humano. Cuando hablaba con mis alumnos de 2º de Bachillerato de las funciones que ha de desempeñar un directivo en una organización, enumeraba las cuatro siguientes: planificación, organización, gestión y control. Pues bien, la planificación tiene que ver con el establecimiento de objetivos, en la medida en que éstos constituyen el resultado final que se espera alcanzar con el plan. Y para muestra varios botones: la obtención de beneficios, el crecimiento de la empresa a través del aumento del volumen de ventas y de la cuota de mercado, la eficiencia, el valor de las acciones de la empresa, el servicio al cliente, conforman el habitual elenco de objetivos empresariales.

Unos objetivos bien definidos permiten a los directivos establecer prioridades; lo que en términos de Kapuszinski podría expresarse como ponerse las anteojeras. La literatura al uso señala que para ser eficaces los objetivos deben cumplir varios requisitos:
1. Ser establecidos en términos específicos y cuantificables y limitados a un período de tiempo.
2. Suponer un reto, pero ser realistas, o sea, que sean alcanzables
3. Estar muy apoyados por los superiore
4. Ser capaces de generar entusiasmo en los subordinados
5. Ser puestos por escrito y comunicados a todos los subordinados involucrados en su consecución

Pero, ¿qué ocurre cuando una organización no "se presta gustosamente a las maniobras de un destino tan abierto como la propia ruta" y, es, por consiguiente incapaz de alcanzar sus objetivos? La respuesta está en el couching. To be continued.

13 comentarios:

Eloy Doña dijo...

Este comentario me resulta un poco ambiguo a la hora de comentarlo, ya que estoy de acuerdo con las dos tesis que nos presenta.
La de Kapuszinski, ya que considero 1ue todo lo que sean experiencias,es al fin y al cabo conocimiento.
Y todo lo que suponga conocimiento,sabiduría.
Y también apoyo la teoría de la planificación en las empresas ya que creo que tanto las empresas, como las personas, en sus objetivos individuales o colectivos, es imposible conseguirlos sin acordar unas pautas y los pasos adecuados a seguir para conseguir tal meta.
Enhorabuena por la entrada. Salu2

Paula Sesma dijo...

Buenas noches, Begoña.
Justamente esta mañana mi equipo y yo hemos realizado la exposición de nuestro plan de empresa y no ha quedado del todo claro el objetivo de la misma. Al entrar al blog y encontrarme con esta entrada, he pensado que no podía dejar de comentarla precisamente hoy.

En mi opinión, tener un objetivo claro es fundamental en la vida.
Quizás no sea sencillo encontrarlo, pero la vida misma tampoco es sencilla, por lo que dejarse llevar no debería ser más fácil al pertenecer a la vida. Siempre vamos a encontrar una dificultad en el camino, escojamos tener un objetivo en mente o dejarnos llevar. Me explico: tener un objetivo implica discurrir sobre cómo llevarlo a cabo y qué hacer después de haberlo conseguido o tras haber fracasado, es un continuo planear; dejarse llevar significa decidir hacerlo y atenerse a las consecuencias de poder acabar en una cascada al final de la corriente, por lo que también hay que tener un plan b.
Tener un objetivo siempre va a llevarnos por un camino, si bien no siempre conocido, al menos decidido por uno mismo o en el que, por una razón u otra, se cree. No tenerlo significa no encontrar un camino, carecer de planificación... Y, tal y como yo creo, el ser humano necesita una planificación casi continua y las empresas son, precisamente, la mejor fotografía que se puede hacer de esta necesidad. Una empresa que carece de control sobre sus trabajadores, quiebra. ¿Quién acudiría al trabajo sabiendo que no está siendo controlado y que va a cobrar igual? Un ejemplo sencillo pero muy ilustrativo, creo yo.

Todo nuestro alrededor está planificado: el supermercado al que vamos a comprar abre y cierra a una hora determinada y no va a esperar porque nos hayamos dejado llevar por las ganas de dormir o ver la televisión.
Es necesario tener un plan, un objetivo, un cómo... pero también hay que recordar que la "gracia" de la vida consiste en lo impredecible de ésta.

Anónimo dijo...

Buenos dias.
Para comenzar me gustaria decir que todos tenemos un objeivo en esta vida, desde ser felices hasta el de formar una familia etc...
Por eso mismo creo que en una empresa siempre tiene que haber un objetivo ya sea directamente o indirectamente ya que, cuando se forma una empresa se hace para ganar dinero y para que dure años y años ¿no? yo creo que en cierto modo el hacer que dure ya es un objetivo prioritaria mucho mas importante que cualquiero otro, el como yegar a ese fin no importa mientras se consiga.

Bien es cierto que en ciertos momentos el deseo de caminar sin rumbo en busca de nuevas experiencias y sin un destino fijo puede ser atractivo, pero no estamos preparados en esta sociedad, a mi modo de ver, para mantener una vida con ese estilo durante un tiempo prolongado,como ejemplo de eyo podría poner el del dinero.
El dinero es fundamental para cualquier estilo de vida, entonces el simple hecho de ganarlo ya se presenta como un objetivo imprescindible, con lo que la vida podemos decir que se basa en ojetivos.

finalmente me gustaria decir que sin unos objetivos fijos una empresa o simplemente el día a día de las personas sería un caos ya que nadie haria nada salvo por su propio interes.

Un Saludo:
IÑIGO EQUIZA

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el autor en que está bien viajar sin objetivos ya que de este modo no dejas nada de hacer porque no vaya con los objetivos marcados y así abrir tus perspectivas de futuro. Pero también pienso que la falta de objetivos puede suponer un grave problema si no se lleva adecuadamente ya que sin objetivos la empresa no tiene un rumbo hacia algo y esto puede suponer que elija un mal camino y le lleve a la quiebra.

El ir sin objetivos supone una aventura de alto riesgo ya que no sabes que ofertas o que posibilidades vas a tener en un futuro ni el peligro que puede suponer para la empresa.
Pero, el ir con objetivos puede llevarte a despreciar grandes oportunidades que pueden llevarte a un gran éxito o también puede suponer que tus objetivos no se cumplan como esperabas y te lleve a pensar que has fracasado.

En mi opinión, creo que lo mejor es tener unos objetivos marcados y pese a ello estudiar posibles cambios de rumbo ya que no sabes a que te puede llevar.
Alberto Muñoz

Anónimo dijo...

Buenas tardes Begoña,
Para comenzar, quería decir que todos, de una manera u otra tenemos nuestros objetivos en la vida. En algunos casos quizá no estén del todo claros, como por ejemplo que estudiar. Otros igual, están claros desde un principio.
En mi opinión existe la posibilidad de que estos objetivos vayan cambiando según evolucionamos a lo largo de nuestra vida; ya que como decía Maslow “Cuando cada necesidad queda satisfecha, la siguiente se convierte en dominante y la necesidad satisfecha deja de motivar.” Lo mismo ocurre con los objetivos.
Estos, tanto personales como profesionales, deben estar bien planteados, para así, ser más eficientes.
Como bien está explicado en el texto, deben ser alcanzables; y para mí, lo más importante a la hora de llevar a cabo un proyecto, debe ser; una buena preparación acompañada de una motivación suficiente que nos empuje a conseguirlos.
Un saludo.
Zuberoa García

Anónimo dijo...

Buenos días Begoña,

En primer lugar quería decir que cada uno de nosotros vive en función de unos objetivos propios, por lo que, según mi opinión, es algo natural.
Según su definición, un objetivo sería la finalidad hacia la cual deben dirigirse los recursos y esfuerzos para dar cumplimiento a los propósitos. Por esto mismo, como bien dice el texto, "la empresa no es una excepción".

Establecer unos objetivos es esencial para el éxito de una empresa, éstos establecen el curso a seguir y sirven como fuente de motivación para todos los miembros de la misma. Además, permiten evaluar resultados, al comparar los obtenidos con los objetivos propuestos y, de ese modo, medir la eficiencia de la empresa.
Con el tiempo dichos objetivos podrían cambiar, eso sí, siendo siempre claros, alcanzables y realistas.

En mi opinión, la visión del autor con respecto al viaje sin objetivos, no podría ser factible en cuanto a poner en marcha un proyecto empresarial, ya que no funcionaría o lo haría sin rumbo, sumiéndose en un profundo caos.

Un saludo.
Raquel Zabalza

Anónimo dijo...

Buenos días, Begoña,

Es cierto que todos tenemos unos objetivos marcados, ya sean por nosotros mismos o por algo externo a nuestra voluntad.

Si los objetivos salen de nosotros mismos, solemos elegir alguno en el que centrarnos y nuestra próxima “misión” es conseguirlo sin fijarnos, en muchas ocasiones, de las oportunidades que podíamos tener al elegir otro objetivo o incluso, intentar, si se puede, una parte de cada uno. Por esto, creo que esta bien que nos marquemos unos objetivos pero sin centrarnos demasiado en ellos y fijándonos en todo lo que nos rodea.

En muchas ocasiones nuestros objetivos vienen dados del exterior, algo que nos imponen que consigamos, al no ser algo que nace de nosotros, en la mayoría de los casos no nos produce la misma motivación, esto también hace que el resulta no llegue a ser el mismo porque reconozcámoslo, cuando nos obligan ha hacer algo, no lo acemos con el mismo interes que si es cosa nuestra (aunque a veces, esto cambie por lo incentivos que se pueden recibir a cambio).

Un saludo.
Saioa Oyaga.

Anónimo dijo...

Buenos días Begoña:
Esta claro que la persona que se establece metas en la vida, trabaja mediante esfuerzo y dedicación para conseguirlas y una vez ve su objetivo cumplido se siente realizada .Es posible que en ocasiones no todas la personas vean cumplida esa meta y a muchos les puede invadir el sentimiento de frustración.
Sin embargo, debido a que el establecimiento de objetivos es una labor plenamente humana, el fracaso o frustración llevan a las personas a la búsqueda de nuevas metas y oportunidades.
Esto se puede ver también en el ámbito empresarial, como bien has mencionado, pues esta labor la desempeñan los directivos de la empresa que han de plantearse una serie de objetivos que les sirvan para orientar y coordinar las acciones de la empresa y proporcionar un control en base a lo obtenido. El resultado del establecimiento de objetivos y la búsqueda de motivación del personal, es un objetivo esencial para el buen funcionamiento de esta.
Los propósitos marcados han de ser reales, no se puede pretender alcanzar objetivos que por lógica y de antemano se sabe que no se van a obtener, han de ser definidos y claros.
La planificación y búsqueda de propósitos implica organización y esto es la base de todas la empresas que hoy en día son importantes.
En cuanto a la referencia del autor, hasta ahora desconocido para mi, por lo que he decidido informarme y he visto que en Ébano el libro al que corresponde esta cita, Ryszard Kapuszinsk en esta colección de historias breves narra como los territorios africanos consiguen poco a poco ganar la independencia sus territorios, esto es un buen ejemplo de metas, que en muchos casos tienen un elevado coste ya que puede implicar la renuncia a otras metas y pasar por situaciones tanto buenas como malas pero siempre con un objetivo en la mente.
Mª Fernanda Novoa

Anónimo dijo...

Buenas tardes a todos:

Cualquiera tiene objetivos en la vida. Desde los más jóvenes (como, por ejemplo, aprobar) hasta lo más mayores (buscar la felicidad de los suyos). En mi opinión es muy importante tenerlos porque nos abre caminos y nos hace pelear por lo que queremos y si al final lo consigues, nadie te puede quitar esa satisfacción personal que te produce el ver que tú por tus propios medios has logrado lo que deseabas.

Por otro lado, los objetivos también dependen de lo ambicioso que se puede llegar a ser. Los grandes del mundo de las finanzas, los que de la nada montaron una empresa que ahora es de las más importantes, etc. Esas personas sabían que no era fácil lo que estaban buscando (aunque algunas ni se imaginaran que llegarían hasta donde están). Sin embargo, fueron cumpliendo objetivo tras objetivo de los que se proponían y ahí los tenemos: algunas de las personas más importantes del mundo.

Aunque sea muy atractivo el dejarse llevar por la vida, no debemos confundirnos porque nuestros objetivos son los que pueden diferenciarnos de los demás y eso puede tener un punto a nuestro favor.

Irantzu Nuin.

Anónimo dijo...

Buenas tardes:

Si analizamos un poco la empresa (y para ello no hace falta hacerlo en profundidad) observamos que la empresa es un sistema.
Observando la definición de sistema, podemos ver que es el conjunto de elementos en interacción dinámica orientado hacia la consecución de un fin. Y ya desde la propia definición, apreciamos que la empresa realiza acciones para conseguir un objetivo; por lo que será esencial, fijar un objetivo, pues estos constituirán la razón de su existencia.
Principalmente las empresas fijan el objetivo de conseguir beneficios, hecho que ya es un logro, aunque últimamente estos objetivos han ido creciendo pues también se busca la mejora de la calidad, un incremento en la cuota de mercado...
Por otro lado, todos los miembros de una empresa tanto propietarios, directivos como trabajadores tienen diferentes objetivos; y esque no hay mejor forma para realizar algo que proponiéndotelo: yo lo tengo claro, y como supongo que todos, tengo mis metas en la vida por las que luchar hasta el final.
Ahora sí, todos debemos de ser conscientes de que un objetivo es algo que intentaremos conseguir, por lo que lucharemos,y es por ello que no podemos engañarnos a nosotros mismos fijándonos una meta que desde primer momento es imposible. Seamos realistas.

Un saludo, Adriana.

4eso2010vd dijo...

Buenos días Begoña
Que alegría ver que lo dado en clase se puede aplicar en nuestro día a día.
En mi opinión, una buena organización de la empresa es fundamental para el buen funcionamiento de esta. También cada persona debe tener una buena organización para así lograr su objetivos.
Una buena organización puede ser la base de un gran éxito.
Un saludo
Vanessa

Begoña dijo...

Sin duda, Vanessa, una buena organización es condición necesaria (no sé si suficiente) para el éxito. Ánimo.

Anónimo dijo...

Buenas Begoña:
Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios anteriores.
Creo que es muy importante determinar una organización para que pueda salir adelante cualquier objetivo.
En verdad yo creo que la vida es un objetivo, en el que todos queremos llegar a unos puntos, queremos crecer, reir, bailar, cantar, amar, llorar...
Todos queremos llegar a ser alguien, y creo que todo eso necesita una buena organización, dado que ''a lo loco'' puede que salga bien, pero hay muchas posibilidades de que no.
Creo que es mucho mejor avanzar seguro a pasos pequeños, que dar verdaderas zancadas inseguras.
Izaskun Martínez