"El retroceso de las habilidades de sociabilidad se ve fogoneado y acelerado por la tendencia, inspirada por el modelo de vida consumista dominante, a tratar a los otros seres humanos como objetos de consumo según la cantidad de placer que puedan llegar a ofrecer, y en términos de "coste-beneficio". A lo sumo, los otros son valorados en tanto compañeros-en-la-esencialmente-solitaria-tarea del consumir, compañeros de alegrías consumistas, cuya presencia y activa participación pueden intensificar esos placeres. Perdido por el camino ha quedado el valor intrínseco de los otros en cuanto seres humanos únicos e irrepetibles, así como la preocupación por el cuidado de la propia y ajena especificidad y originalidad. La solidaridad humana es la primera baja de la que puede vanagloriarse la sociedad de consumo" (Zygmunt Bauman. Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos)
No creo revelar ningún secreto si afirmo que leer a Z. Bauman me resulta un auténtico placer. Azote de la sociedad de consumo y profundo analista de la sociedad actual, tal vez pase a la historia por haber acuñado el término de modernidad líquida, concepto que alude a la fragilidad que caracteriza a todas las estructuras sociales actuales. Hoy se ha publicado en la prensa que junto con otro sociólogo francés, Alain Touraine, ha merecido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Aunque él nunca llegará a descubrir este foro, no puedo dejar de expresar mi más cordial enhorabuena. Al resto, regálense en la feria del libro de su ciudad un libro de Bauman. O mejor: hagan que se lo regalen. Ya me contarán.
"Un primer curso de economía no permite dominar todos sus intrincados y esotéricos temas, pero puedo decirle basándome en la experiencia de estudiantes de todo el mundo que el mejor curso de economía es el de introducción. Una vez que haya entrado este nuevo y extraño jardín de ideas, el mundo nunca será igual. Y cuando dentro de unos años recuerde la experiencia, incluso lo que no entendía mucho entonces habrá madurado claramente." Paul Samuelson
viernes, 28 de mayo de 2010
miércoles, 26 de mayo de 2010
Concursantes
"La pretensión implícita en una aseveración es como la pretensión o reivindicación de un derecho o un título. Como ocurre con la reivindicación de un derecho, aunque pueda darse el caso de que se conceda sin discusión alguna, su valor depende de los méritos de los argumentos que puedan aducirse en su apoyo". Stephen Toulmin. Los usos de la argumentación.
Los caminos del azar son inescrutables. Hace unos días, mientras leía el interesante libro de Stephen Toulmin de cuyas páginas he extraído la cita que encabeza mi entrada de hoy, cuando tuve acceso a la secuencia que figura a continuación de la película Concursantes. Toulmin intenta (y consigue, a mi modo de ver) abordar con rigor problemas que tienen que ver con la lógica, dicho de otro modo, cuáles son los cánones y métodos que se usan cuando, en la vida cotidiana, se evalúa la validez, la fuerza y el carácter concluyente de los argumentos. En la escena que hoy propongo analizar se esboza una argumentación que lleva a unas conclusiones ciertamente perturbadoras. Y aquí, querido lector, el azar guiña una vez más su ojo burlón estableciendo improbables relaciones entre Toulmin y el economista protagonista de la escena. Mi pregunta es: ¿son sus argumentos falaces? Se admiten argumentaciones...
Los caminos del azar son inescrutables. Hace unos días, mientras leía el interesante libro de Stephen Toulmin de cuyas páginas he extraído la cita que encabeza mi entrada de hoy, cuando tuve acceso a la secuencia que figura a continuación de la película Concursantes. Toulmin intenta (y consigue, a mi modo de ver) abordar con rigor problemas que tienen que ver con la lógica, dicho de otro modo, cuáles son los cánones y métodos que se usan cuando, en la vida cotidiana, se evalúa la validez, la fuerza y el carácter concluyente de los argumentos. En la escena que hoy propongo analizar se esboza una argumentación que lleva a unas conclusiones ciertamente perturbadoras. Y aquí, querido lector, el azar guiña una vez más su ojo burlón estableciendo improbables relaciones entre Toulmin y el economista protagonista de la escena. Mi pregunta es: ¿son sus argumentos falaces? Se admiten argumentaciones...
martes, 25 de mayo de 2010
Sin reservas
"Pienso en lo maravilloso que sería poder quedarme aquí para siempre. Las estanterías están atestadas de libros, queda suficiente comida en la despensa. Pero sé muy bien que éste es sólo un lugar de paso" (Haruki Murakami, Kafka en la orilla)
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge quince acepciones del vocablo 'reserva'. La primera de ellas lo define como "guarda o custodia que se hace de algo, o prevención de ello para que sirva a su tiempo". Resulta curioso comprobar cómo en el léxico económico financiero es un término de uso, más que común, frecuente. La imaginación juega en ocasiones muy malas pasadas: tanto es así que cuando por primera vez me acerqué a este lenguaje no puede evitar concebir las reservas como una gran despensa.
Hoy la cuestión gira en torno a las reservas, que, en el fondo, no dejan de ser una despensa hipertrofiada a veces y anoréxica la mayor parte de las ocasiones. Pero no hablaré de gastronomía. Reconduciré el rumbo del discurso: el tema de hoy guarda una estrecha relación con el de ayer. De hecho, como se recordará, el tercer gran bloque de la balanza de pagos estaba constituido por la subbalanza de cuenta financiera. Esta subbalanza refleja lo siguiente: si España exporta o importa acciones u otros títulos a cambio de divisas extranjeras, estas exportaciones o importaciones se considerarán como pagos o ingresos.
Dentro de la subbalanza por cuenta financiera hay una partida que se conoce con el nombre de "Variación de reservas", lugar común -o sea, tópico- en el que converge el tertuliano medio. Pero, ¿qué se recoge exactamente bajo esta rúbrica? Grosso modo, cabría apuntar que las reservas conforman las posesiones de divisas que posee un país, así como otros activos que pueden ser utilizados para satisfacer las demandas de divisas, y que sitúan al país como acreedor frente al exterior, en la medida en que suponen activos frente al resto del mundo. La cuenta 'variación de reservas' se hace cargo, por tanto, de los incrementos o disminuciones netos de moneda extranjera y otros activos.
El carácter regulador de la cuenta es incuestionable: su cuantía debe ser tal que equilibre la balanza de pagos, esto es, consiga que su saldo sea nulo. Como señala F. Mochón "si para que cuadre la balanza de pagos, la magnitud de esta partida hay que anotarla en la columna de variación de pasivos (ingresos) significa que el país está endeudado con el exterior por el montante de la variación neta de reserva de divisas. Si, por el contrario, para que cuadre la balanza de pagos la variación neta hay que introducirla en la columna de variación de activos (gastos), significa que el pís en cuestión es acreedor por el montante de la variación neta."
Un ejemplo sencillo clarificará esta idea: si un fabricante de calzado exporta a los EEUU mercancías por valor de 10.000 euros en la balanza por cuenta corriente se contabilizará un ingreso de 10.000 euros. Como la balanza de pagos se rige por el principio de partida doble todo ingreso ha de tener su correspondiente pago, la cuenta variación de reservas registrará un apunte contable de -10000 euros en concepto de compras de activos exteriores (dólares), lo que significa que el exportador recibió dólares que posteriormente convirtió en euros.
Una etapa más en la ardua ruta de la clarificación de conceptos. Aunque éste sólo sea un lugar de paso.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española recoge quince acepciones del vocablo 'reserva'. La primera de ellas lo define como "guarda o custodia que se hace de algo, o prevención de ello para que sirva a su tiempo". Resulta curioso comprobar cómo en el léxico económico financiero es un término de uso, más que común, frecuente. La imaginación juega en ocasiones muy malas pasadas: tanto es así que cuando por primera vez me acerqué a este lenguaje no puede evitar concebir las reservas como una gran despensa.
Hoy la cuestión gira en torno a las reservas, que, en el fondo, no dejan de ser una despensa hipertrofiada a veces y anoréxica la mayor parte de las ocasiones. Pero no hablaré de gastronomía. Reconduciré el rumbo del discurso: el tema de hoy guarda una estrecha relación con el de ayer. De hecho, como se recordará, el tercer gran bloque de la balanza de pagos estaba constituido por la subbalanza de cuenta financiera. Esta subbalanza refleja lo siguiente: si España exporta o importa acciones u otros títulos a cambio de divisas extranjeras, estas exportaciones o importaciones se considerarán como pagos o ingresos.
Dentro de la subbalanza por cuenta financiera hay una partida que se conoce con el nombre de "Variación de reservas", lugar común -o sea, tópico- en el que converge el tertuliano medio. Pero, ¿qué se recoge exactamente bajo esta rúbrica? Grosso modo, cabría apuntar que las reservas conforman las posesiones de divisas que posee un país, así como otros activos que pueden ser utilizados para satisfacer las demandas de divisas, y que sitúan al país como acreedor frente al exterior, en la medida en que suponen activos frente al resto del mundo. La cuenta 'variación de reservas' se hace cargo, por tanto, de los incrementos o disminuciones netos de moneda extranjera y otros activos.
El carácter regulador de la cuenta es incuestionable: su cuantía debe ser tal que equilibre la balanza de pagos, esto es, consiga que su saldo sea nulo. Como señala F. Mochón "si para que cuadre la balanza de pagos, la magnitud de esta partida hay que anotarla en la columna de variación de pasivos (ingresos) significa que el país está endeudado con el exterior por el montante de la variación neta de reserva de divisas. Si, por el contrario, para que cuadre la balanza de pagos la variación neta hay que introducirla en la columna de variación de activos (gastos), significa que el pís en cuestión es acreedor por el montante de la variación neta."
Un ejemplo sencillo clarificará esta idea: si un fabricante de calzado exporta a los EEUU mercancías por valor de 10.000 euros en la balanza por cuenta corriente se contabilizará un ingreso de 10.000 euros. Como la balanza de pagos se rige por el principio de partida doble todo ingreso ha de tener su correspondiente pago, la cuenta variación de reservas registrará un apunte contable de -10000 euros en concepto de compras de activos exteriores (dólares), lo que significa que el exportador recibió dólares que posteriormente convirtió en euros.
Una etapa más en la ardua ruta de la clarificación de conceptos. Aunque éste sólo sea un lugar de paso.
lunes, 24 de mayo de 2010
El cielo se equivocó
"La sabiduría nos llega, cuando ya no nos sirve para nada".Gabriel García Márquez
En tiempos revueltos, ganancia de tertulianos. Uno de mis pasatiempos de los últimos días ha sido escuchar diferentes tertulias que por tierra, mar y aire, como los tres ejércitos, analizaban con mejor y peor fortuna la situación económica del país. No seré yo quien enmiende la plana al ingente número de expertos (¿dónde se habían metido hasta ahora?) que sugieren soluciones y recetas para afrontar los problemas que asolan el país. Lo que me resulta de difícil digestión es la falta de rigor de alguno de estos sabios a la hora de utilizar ciertos conceptos económicos que un estudiante de Bachillerato, pongamos un alumno de 1º A, utilizaría sin duda con más precisión.
Uno de los errores habituales en las tertulias de análisis suele ser la afirmación de que "la balanza de pagos española es deficitaria". Este enunciado ignora que la balanza de pagos, en tanto que documento contable está saldada: lo que se compra o se paga o se debe. Pero tal vez esté adelantando el final de la película sin siquiera haber comenzado con su inicio que pasa ineludiblemente por la definición de 'Balanza de pagos'.
Por citar una definición aceptada, acudiré a la de mi gigante de hoy, Fernando Mochón, diré que es un documento que recoge el registro sistemático de las transacciones económicas ocurridas durante un periodo de tiempo determinado entre los residentes de un país y los del resto del mundo. Por tanto, se hace eco de todas las transacciones económicas internacionales y contabiliza los ingresos (transacciones que suministran divisas al país que elabora la balanza) y los pagos (transacciones que comportan salidas de divisas).
La balanza de pagos se estructura en tres subbalanzas, a saber, subbalanza por cuenta corriente, subbalanza por cuenta de capital y subbalanza por cuenta financiera.
Como la balanza de pagos se rige por el principio de partida doble todas las operaciones se reflejan dos veces: una en la partida de ingresos y otra en la partida de gastos. La consecuencia práctica es que la suma de todas las subbalanzas debería ser nula: v.g., el saldo negativo de las balanzas corriente y capital debería compensarse con el superávit por cuenta financiera. ¿Por qué entonces utilizo el condicional? Porque en la práctica nunca coincide la partida de ingresos con la de gastos y es necesario acudir a una partida denominada Errores y Omisiones que se haga cargo de estos desfases ocasionados por operaciones no registradas o errores cometidos en la contabilización de operaciones con el exterior.
En definitiva, el error de los tertulianos consiste en confundir las partes con el todo: como he señalado anteriormente la balanza por cuenta corriente y la de capital pueden tener un saldo negativo que habrá de compensarse con un saldo positivo en la cuenta financiera (lo que implica que el país ha tenido que buscar financiación en el extranjero).
Incluso los dioses televisivos han de descender de su Olimpo y leer un manual básico de Economía. Como de sobra sabía Billy Wilder, nobody is perfect.
En tiempos revueltos, ganancia de tertulianos. Uno de mis pasatiempos de los últimos días ha sido escuchar diferentes tertulias que por tierra, mar y aire, como los tres ejércitos, analizaban con mejor y peor fortuna la situación económica del país. No seré yo quien enmiende la plana al ingente número de expertos (¿dónde se habían metido hasta ahora?) que sugieren soluciones y recetas para afrontar los problemas que asolan el país. Lo que me resulta de difícil digestión es la falta de rigor de alguno de estos sabios a la hora de utilizar ciertos conceptos económicos que un estudiante de Bachillerato, pongamos un alumno de 1º A, utilizaría sin duda con más precisión.
Uno de los errores habituales en las tertulias de análisis suele ser la afirmación de que "la balanza de pagos española es deficitaria". Este enunciado ignora que la balanza de pagos, en tanto que documento contable está saldada: lo que se compra o se paga o se debe. Pero tal vez esté adelantando el final de la película sin siquiera haber comenzado con su inicio que pasa ineludiblemente por la definición de 'Balanza de pagos'.
Por citar una definición aceptada, acudiré a la de mi gigante de hoy, Fernando Mochón, diré que es un documento que recoge el registro sistemático de las transacciones económicas ocurridas durante un periodo de tiempo determinado entre los residentes de un país y los del resto del mundo. Por tanto, se hace eco de todas las transacciones económicas internacionales y contabiliza los ingresos (transacciones que suministran divisas al país que elabora la balanza) y los pagos (transacciones que comportan salidas de divisas).
La balanza de pagos se estructura en tres subbalanzas, a saber, subbalanza por cuenta corriente, subbalanza por cuenta de capital y subbalanza por cuenta financiera.
Como la balanza de pagos se rige por el principio de partida doble todas las operaciones se reflejan dos veces: una en la partida de ingresos y otra en la partida de gastos. La consecuencia práctica es que la suma de todas las subbalanzas debería ser nula: v.g., el saldo negativo de las balanzas corriente y capital debería compensarse con el superávit por cuenta financiera. ¿Por qué entonces utilizo el condicional? Porque en la práctica nunca coincide la partida de ingresos con la de gastos y es necesario acudir a una partida denominada Errores y Omisiones que se haga cargo de estos desfases ocasionados por operaciones no registradas o errores cometidos en la contabilización de operaciones con el exterior.
En definitiva, el error de los tertulianos consiste en confundir las partes con el todo: como he señalado anteriormente la balanza por cuenta corriente y la de capital pueden tener un saldo negativo que habrá de compensarse con un saldo positivo en la cuenta financiera (lo que implica que el país ha tenido que buscar financiación en el extranjero).
Incluso los dioses televisivos han de descender de su Olimpo y leer un manual básico de Economía. Como de sobra sabía Billy Wilder, nobody is perfect.
domingo, 23 de mayo de 2010
Titanic
«No poseemos ninguna base firme absoluta desde la que levantar las ciencias. Nuestra verdadera situación es como si estuviéramos a bordo de un barco en mar abierto y tuviésemos que cambiar distintas partes del barco durante el viaje" (Otto Neurath
Tras una larga ausencia que no voy a esforzarme en justificar, vuelvo al barco. Aunque, en realidad, nunca lo abandoné. Presentaba Otto Neurath, filósofo positivista del llamado Círculo de Viena, una bella metáfora que, en mi interpretación (más allá de la reconstrucción de la filosofía), aludía a la imposibilidad del ser humano de sustraerse a sus propias coordenadas o, incluso, de tomar distancia. Vanitas vanitatis. Tal vez la realidad económica se encuentre en esa tesitura: es necesario arreglar el barco en alta mar y las decisiones que se tomen pueden comprometer seriamente la supervivencia de quienes se encuentran a bordo.
Tal vez sea ésta una prueba poderosa de que la economía es una ciencia humana, demasiado humana.
Este foro sigue teniendo una vocación pedagógica: mis alumnos han de saber que las medidas aprobadas mediante Real Decreto Ley el 20 de mayo con el objetivo de reducir a final de año el déficit público de un 7,5% del PIB al 6% son las siguientes:
Tras una larga ausencia que no voy a esforzarme en justificar, vuelvo al barco. Aunque, en realidad, nunca lo abandoné. Presentaba Otto Neurath, filósofo positivista del llamado Círculo de Viena, una bella metáfora que, en mi interpretación (más allá de la reconstrucción de la filosofía), aludía a la imposibilidad del ser humano de sustraerse a sus propias coordenadas o, incluso, de tomar distancia. Vanitas vanitatis. Tal vez la realidad económica se encuentre en esa tesitura: es necesario arreglar el barco en alta mar y las decisiones que se tomen pueden comprometer seriamente la supervivencia de quienes se encuentran a bordo.
Tal vez sea ésta una prueba poderosa de que la economía es una ciencia humana, demasiado humana.
Este foro sigue teniendo una vocación pedagógica: mis alumnos han de saber que las medidas aprobadas mediante Real Decreto Ley el 20 de mayo con el objetivo de reducir a final de año el déficit público de un 7,5% del PIB al 6% son las siguientes:
- Reducción media de un 5 por 100 de los salarios públicos
- Suspensión de la revalorización de las pensiones en 2011
- Suspensión del régimen transitorio de la jubilación parcial
- Eliminación de la retroactividad en prestaciones por dependencia
- Eliminación del “ cheque-bebé ”
- Recorte del gasto farmacéutico
- Acuerdo de no disponibilidad y plan de revisión
¿Son todas las que están y/o están todas las que son? Ésa, sin duda, es otra historia, cuyos capítulos intentaré desgranar en futuras entradas. Sólo queda esperar que su final no resulte semejante al del Titanic.
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